Camisetas empapadas de vino, el uniforme para escuchar un pregón con acento francés e italiano

El color blanco no existía ayer en la plaza de España de Zuera. Aunque la mayoría de los asistentes al pregón lucieron sus prendas de este tono al principio, ya sabían cuál iba a ser realmente su final. Vino, melocotón, harina y otras sustancias no reconocidas empaparon las camisetas de los zufarienses que se atrevieron a ponerse en el medio de la plaza donde está el ayuntamiento. Los que querían llegar a casa impolutos tuvieron que pegarse a las paredes y esquivar las camisetas mojadas que más tarde empezaron a volar, ya que los jóvenes de la localidad celebran de esta forma el comienzo de las fiestas, que este año ha sido un tanto internacional.

Los dos pregoneros elegidos en esta ocasión han recorrido muchos kilómetros para estar en el balcón del consistorio de la localidad y ser los encargados de dar el pistoletazo de salida a las celebraciones. Este año se conmemora el hermanamiento de Zuera con dos municipios, uno francés con el que celebra el 25 aniversario y otro italiano con el que hace diez años que se unió. Desde Ramonville Saint-Agne, un pueblo a 10 kilómetros de Toulouse, vino su alcalde Christophe Lubac, quien se mostró muy feliz de participar en estos festejos por primera vez. "Es un honor para mí dar el pregón en este pueblo al que tengo particular afecto", afirmaba con un español bastante fluido. "La amistad y el hermanamiento entre las dos comunidades es muy importante para nosotros", resaltaba.

Desde el país en forma de bota llegó Donatella Colombi, alcaldesa de Trescore Balneario, un pueblo de la provincia de Bérgamo, acompañada del consejero de Cultura y Turismo, Andrea Vanini, que hacía las veces de traductor. "Me habían hablado de esto pero no me imaginaba que fuera así, esto es fiesta, con F en mayúscula", comentaba asombrada por el jolgorio que había en la plaza. "Vamos a volver a Italia con más riqueza y valores", añadía.

Estuvieron acompañados en todo momento del alcalde de la localidad, Luis Zubieta, quien destacaba la "gran relación" entre los pueblos: "era el momento oportuno para nombrarlos pregoneros y darles el realce que merecen, es un abrazo a la Unión Europea", señalaba. Él mismo visitó las localidades hermanadas en marzo y abril de este año y ha transmitido sus condolencias al pueblo italiano por el terremoto.

Espuma y sangría en la calle

Tras el pregón llegó el momento de refrescarse –si es que todavía quedaba alguien seco– con la fiesta de la espuma, que sirvió también para limpiar los restos de vino.

Además, se procedió al reparto de 200 litros de sangría casera elaborada por la comisión de fiestas, uno de los actos más tradicionales. "La hemos dejado macerándose toda la noche y hoy la hemos refrescado y servido para todo el mundo", contaba uno de los miembros de la agrupación. Para los que prefirieran otras bebidas, también tenían 100 litros de refrescos diferentes.

Estos actos matutinos se celebraron en las calles de la localidad y es que este es uno de los objetivos del programa, "recuperar la fiesta en la calle", en palabras del alcalde. Entre las novedades de este año está la creación de una comisión taurina, que ha elegido a diferentes ganaderías para los festejos populares. Otras innovaciones son el espectáculo de Milán Salcedo (viernes 26) y el musical de Hollywood (domingo 28).

En cuanto a ‘la noche’ de Zuera se prepara con mucho "mimo" desde las orquestas a los DJ, que aguantan hasta altas horas de la madrugada. "Las celebraciones se presentan emocionantes, creemos que hemos preparado unas fiestas de nivel, pensando en todos, con mucha participación de los vecinos y esperamos que la gente disfrute estos días", afirmaba el alcalde, Luis Zubieta.

Hoy es el día del patrón, San Licer, por ello habrá una procesión y una misa baturra en su honor. Además de los actos religiosos, durante la jornada los cabezudos y la charanga recorrerán la localidad. En estas fiestas tampoco puede faltar el deporte, que se fomenta con la X Milla urbana villa de Zuera en la que participan niños desde los cuatro años hasta los trece y peñas, entre otros.