Dos nuevos incidentes en el COA agudizan la complicada situación del centro de menores

Dos menores se encaramaron a un muro la noche del martes y otro más en la mañana del miércoles. También hubo una fuerte pelea.

Imagen de un incidente registrado el año pasado en el COA
El suceso de la noche del martes motivó un importante despliegue policial y de Bomberos
Guillermo Mestre

El Centro de Observación y Acogida (COA) de Menores de Zaragoza ha vivido en los últimos días dos nuevas situaciones tensas en las que tres menores se acabaron encaramando a un muro de cerca de seis metros y otros participaron en una pelea. El primero de los sucesos tuvo lugar en la noche del martes y obligó a movilizar a tres patrullas y dos unidades motorizadas de la Policía Nacional y una UVI del 061, así como una ambulancia del cuerpo de Bomberos que acompañaba a una autoescala automática de 30 metros, una unidad de mando y comunicaciones y un furgón de útiles. Después de lograr que los dos jóvenes descendieran se inició la refriega. El tercer chico ascendió al muro a primera hora del miércoles, aunque el lance se resolvió antes de que llegaran los agentes gracias a la mediación de los educadores.


El personal de seguridad del COA se ha visto reforzado con dos trabajadores según marca el protocolo y uno de los menores implicados ha sido trasladado a otro centro, aunque según explica Joaquín Muro, director del COA, "su marcha ya estaba programada dentro del seguimiento que se hace a cada caso". Los empleados del centro, agrupados en el colectivo 'Educadores en lucha', se mostraron ayer muy críticos con la deriva "insostenible" del centro, en el que en los últimos meses se han registrado al menos dos agresiones a trabajadores.


Muro reconoce que "la situación actual es difícil" y que el episodio vivido en la noche del martes fue "especialmente espectacular". Asimismo, indica que "este tipo de centros viven momentos valle y momentos álgidos y el COA atraviesa ahora mismo uno de estos últimos", pero que "esta intensidad no se va a mantener en el tiempo".


El COA es un centro de primera instancia donde llegan menores con perfiles muy diferentes. "Hay chicos maltratados, pero también maltratadores, inmigrantes sin familia, chavales de los que se ha abusado...", apuntan desde 'Educadores en lucha', colectivo que lleva en huelga desde octubre de 2014 y que viene denunciando sistemáticamente la "desprotección" que vive el COA. A su juicio, esta situación "es responsabilidad del caos organizativo del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) y la empresa catalana Intress, que gestiona el centro desde octubre de 2015".


"El objetivo ha sido acabar con un colectivo de educadores sin tener en cuenta la repercusión en los menores. Compañeros veteranos se han quedado en la calle, otros han abandonado sus puestos y otros tantos han estado temporalmente de baja por ansiedad y estrés", apuntaron este miércoles en un comunicado. "Pero las principales víctimas son los menores, cuya atención es precaria hasta el punto de peligrar su integridad física. Por otra parte, existen también numerosos menores que no protagonizan estas situaciones de riesgo pero tienen que convivir con ellas día a día en un centro a donde llegan para que la Administración, en teoría, les proteja", añaden.


Los educadores comenzaron su huelga tras "comprobar que el nuevo concurso conllevaba un peligroso recorte que provocaba un grave perjuicio a la atención a los menores y una precarización en las condiciones laborales". "Durante todo este período nuestras reivindicaciones han sido muy simples: mantener las mismas condiciones de atención a los menores (idéntico número de educadores por turno, no traspasar gastos básicos de los menores como salud, vestimenta o material escolar a la empresa privada...) y las mismas condiciones laborales para todo el equipo educativo. La única novedad era solicitar un maestro para todos aquellos niños escolarizados que están en el centro y que, por distintos motivos, no pueden acudir a sus colegios. Asimismo, tras las represalias de Intress, también hemos solicitado la reincorporación de los educadores veteranos que se han quedado en la calle", explican.


Los trabajadores achacan la responsabilidad de la situación a "la consejera Broto y del director del IASS, Joaquín Santos, quienes han permitido que Intress gestione el centro con una desorganización que se ha acentuado en los últimos meses cuando se ha desautorizado a los coordinadores veteranos del centro". Indican, además, que "la entidad no presenta ningún proyecto educativo, pero sí que desea implantar turnos fijos para represaliar a educadores díscolos. Al centro acuden numerosos profesionales nuevos sin ninguna experiencia en este tipo de recurso ni ninguna formación por parte de Intress. Es un caos general que están pagando los menores y que llevamos denunciando desde hace mucho tiempo sin que se le ponga freno de inmediato".

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