Viaje en el tiempo al medievo en Daroca

Esta cita, declarada fiesta de interés turístico regional, sumerge al visitante en el siglo XV, con espectáculos teatrales en la calle, exhibiciones y danzas.

La feria medieval comenzó ayer con un colorido y musical pasacalles por la calle Mayor de la localidad zaragozana.
Viaje en el tiempo al medievo en Daroca
Julián Fallas

Daroca ha regresado al siglo XV con una nueva edición, y ya van 17, de la feria medieval, fiesta declarada de interés turístico regional, que atraerá durante este fin de semana a más de 8.000 personas. Bailes, exhibiciones de aves rapaces, demostraciones de luchas, recreaciones históricas, atracciones infantiles y más de 70 puestos del mercado ambientaron ayer las calles de la localidad en una animada y calurosa jornada, que continuará hoy con la escenificación de la concesión del título de ciudad, del que se cumplen 650 años. Este acto clave, una de las novedades este año, comenzará a las 13.30, e incluirá la entrada del rey.


La calle Mayor, con su firme adoquinado, es el eje en torno al cual gira el programa festivo. Por allí pasaron numerosos visitantes y vecinos, muchos de ellos ataviados con trajes de la época. Fue el caso del pequeño Daniel Sánchez que, junto a su madre, Elena, participó de los actos con complementos realizados por él mismo en cartón. Las hermanas Rosa y Raquel Maza y Rosario Sánchez, de Daroca, coincidieron en que "esta feria anima mucho el pueblo, que además se presta a esta jornada medieval".


Entre los participantes hubo un grupo de danza, Octava Milla Medieval, llegado desde Utebo. Una de sus integrantes, Charo Cabrerizo, explicó que era la primer vez que acudían a esta cita de Daroca aunque, según dijo, "es una localidad muy apropiada para esta feria". Los organizadores (el Ayuntamiento y la comarca de Campo de Daroca) han cuidado hasta el más mínimo detalle para recrear la época medieval. Así, taparon las señales de tráfico, instalaron banderas y pendones entre los edificios e, incluso, ocultaron los contenedores de basura. Y, para ambientar todavía más la fiesta, se instaló un tiovivo y una barca de madera para los más pequeños y un puesto que permitía acuñar moneda. Los asistentes pudieron disfrutar también con la exhibición de aves rapaces o, incluso, conocer distintos instrumentos de tortura.


Los puestos de la calle Mayor ofrecieron además gran variedad de productos, desde embutidos y bisutería a bolsos e incluso zapatos. El darocense Antonio Gil mostró en su local algunos trabajos de cestería:"Participo todos los años por seguir la tradición del oficio al que se dedicaba mi familia". Y, para reponer fuerzas, cantinas con longanizas y chorizos a la brasa, o pan de leña.


Las altas temperaturas que se registraron ayer obligaron a la organización a extremar la precaución. Así, se instalaron toldos en los escenarios teatrales y en la calle Mayor para conseguir algo de sombra y se repartió agua abundante entre los recreacionistas.


La actividad cultural continuará el próximo fin de semana, con el Festival de Música Antigua. "Son dos de las fiestas más importantes que hay en Daroca y que animan la economía de la zona, porque las plazas hoteleras están ya prácticamente llenas", puso de manifiesto Javier Lafuente, presidente comarcal.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión