La Fiscalía pide que se reabra el caso del bilbilitano muerto tras una pelea

Pretende aclarar si el estrés padecido por la víctima influyó de forma directa en su muerte por shock cardiogénico.

La Fiscalía ha solicitado a la Audiencia de Zaragoza que ordene seguir investigando la muerte de Juan Antonio Aranda Moreno, de 52 años y fallecido el pasado 1 de mayo en Calatayud tras una disputa con otro hombre a causa de un incidente previo entre sus hijos. Tras recibir un segundo informe forense que aclaraba que la muerte de este vecino se debió a un fallo cardiaco y no a lesiones sufridas durante la agresión, la juez que dirigía las pesquisas decretó hace un par de semanas el sobreseimiento provisional del caso. Sin embargo, el ministerio público considera que la decisión fue prematura y pide la reapertura de la investigación para la práctica de nuevas pruebas.


Los forenses decían en su último informe que el finado no presentaba lesiones internas ni externas que permitieran hablar de una muerte de naturaleza violenta. De hecho, hacían especial hincapié en la precaria salud de la víctima y en su elevada predisposición a sufrir un shock cardiogénico, que fue el que finalmente le causó la muerte. Sin embargo, la Fiscalía intenta dilucidar si los golpes y bofetada que le propinó Jesús L. M. –de 37 años y al que la Policía Nacional llegó a detener por homicidio– pudieron influir de alguna forma en el tráfico desenlace.


"Queda excluido el dolo directo o intención de matar en la actuación del investigado. No obstante, es necesario esclarecer si la conducta de este, aunque no sea de forma deliberada y consciente, ha influido, incidido o adelantado dicho resultado (el fallecimiento de la víctima", señala en su recurso la Fiscalía. En definitiva, lo que esta quiere saber es si la situación de "estrés y sufrimiento" que la discusión y posterior agresión generaron a Juan Antonio Aranda influyeron en su muerte. Y para ello propone que se traslade la consulta a los forenses.


El ministerio público parte del hecho de que, efectivamente, el fallecido tenía numerosos antecedentes clínicos por una patología coronaria y cardiaca. En cualquier caso, esta parte considera que se trata de "causas de tipo orgánico que, aún sumadas, no tenían por qué desencadenar de forma inmediata el fallecimiento de Juan Antonio Aranda". De ahí su interés por esclarecer en qué grado la actitud del investigado resultó o no determinante en el posterior fallecimiento de esta persona.


A la hora plantear la reapertura del caso, la Fiscalía no ha querido presentar un recurso de reforma ante la propia juez instructora, sino que ha preferido apelar directamente ante la Audiencia Provincial. Por lo tanto, será esta la que ahora deba pronunciarse sobre si procede o no la continuación de las actuaciones.


En la fase de instrucción, fue el abogado de la defensa, José Cabrejas, quien alertó de las irregularidades del primer informe de autopsia y solicitó a la juez la práctica de un segundo estudio por otros médicos del Instituto de Medicina Legal de Aragón. Tras el archivo, el letrado llegó a decir que había echado en falta mayor iniciativa por parte del fiscal.

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