El fiscal mantuvo este miércoles la petición de seis años de prisión para Rafael Funes Morales, un vecino de Calatayud que el 9 de abril de 2013 se quedó dormido con un cigarrillo encendido y causó un incendio en el que murió su pareja, María Pilar Latasa Alcocén. Las acusaciones particulares, ejercidas por los letrados Silvia Acién y Pablo Barcelona en nombre de los hijos de la fallecida, solicitaron a la juez que le imponga la pena "máxima" y lamentaron que el acusado no haya sido juzgado por un delito más grave que el homicidio imprudente que le atribuyen.

Al igual que el fiscal, también le imputan una omisión del deber de socorro, pues opinan que, además de la imprudencia grave que cometió al tomar alcohol y quedarse dormido con un cigarrillo en el mismo colchón en el que descansaba la víctima, no hizo nada por ponerla a salvo cuando se despertó al sentir que se quemaba un brazo. Las acusaciones recordaron que en su primera declaración dijo que en ese momento la llama "no era muy grande" y que cogió una manta y luego una almohada para apagarlo, pero no consiguió más que avivarlo.

"Se desentendió del asunto, no llamó a los bomberos y no pidió ayuda a los vecinos", dijo el fiscal. Además, a los policías les sorprendió la actitud "jocosa" que mostró cuando llegaron al lugar y afirman que, mientras la víctima agonizaba en el suelo, les dijo: "Si se muere da igual, tengo otra mujer esperando".

Su abogado, José Cabrejas, solicitó su absolución alegando, entre otras cosas, que no se ha acreditado el origen del fuego y que no hay ningún informe pericial que avale sus causas. Reprochó a las acusaciones que a lo largo de la instrucción no lo hayan pedido y recordó que no vale una simple inspección ocular. Mantuvo que quedarse dormido con un cigarrillo no es una "imprudencia grave". También dijo que no hay omisión de socorro pues su vida también corrió peligro. Además, expuso que no se le puede conceder valor de prueba a lo que los policías "dicen que dijo".