La Audiencia de Zaragoza sentó el lunes en el banquillo de los acusados a Fernando M. C., para el que la Fiscalía pidió diez años de prisión por los presuntos abusos a los que sometió a una niña de 11 años, hija de una mujer con la que mantenía una relación. Los padres de la menor están separados, por lo que ejercen la acusación particular por separado en este procedimiento. Sin embargo, sus respectivas abogadas, Olga Oseira y María Pilar Floría, pide idéntica pena: 5 años de cárcel.

Los padres de la niña solicitaban inicialmente que el acusado fuera condenado también a doce años de prisión. Pero al consignar este el pasado viernes 30.000 euros para hacerse cargo de la responsabilidad civil, sus letrados han apreciado la atenuante de reparación del daño que planteaba la defensa –a cargo del abogado Francisco José García Berenguer– y han rebajado la pena.

Por expreso deseo de la familia de la víctima, el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial decidió que la vista oral se celebrara a puerta cerrada, lo que impidió escuchar las explicaciones del presunto agresor.

En cuanto a los hechos, según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, estos se produjeron el 21 mayo de 2015 en una vivienda de la capital aragonesa. Al parecer, el hombre mantenía una relación afectiva con la madre de la menor, pero no convivían juntos. Ello no impedía que el acusado pasara bastante tiempo en casa de su pareja, donde coincidía con la niña.

Aprovechando uno de estos encuentros y que la madre de la menor se encontraba ausente, según el fiscal, con la excusa de ayudarle en sus tareas escolares el hombre sentó a la chica sobre sus rodillas. "Momento en el que introdujo su mano dentro del pantalón del pijama que esta portaba", señala la acusación pública.

Según el relato del Fiscal, el acusado la sometió a tocamientos y llegó a introducir sus dedos en el interior de la vagina. "Seguidamente –dice en su escrito–, le bajó el pantalón hasta los tobillos y cogiéndola en brazos la tiró sobre la cama, inclinándose encima y persistiendo en sus lascivos propósitos".

La víctima no contó ese día lo sucedido a su madre, ya que parece que el hombre estaba presente y le tenía miedo.Sin embargo, a la mañana siguiente, dio cuenta de todo lo ocurrido a una de las maestras de su colegio, que activo el protocolo previsto para estos casos.

Los forenses que examinaron a la chica comprobaron que tenía el himen intacto, por lo que descartan la violación. Sin embargo, dieron bastante credibilidad a la versión de los hechos ofrecida por la menor. De hecho, el presunto agresor está en prisión provisional desde que fue arrestado.