Un acusado de matar en una pelea a un hombre queda libre tras aceptar dos años de cárcel

Iba a ser juzgado por homicidio y se enfrentaba a 12 años de prisión, pero llegó a un acuerdo con las acusaciones.

Eric Luis Laprade Núñez, ayer, junto a su abogado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Eric Luis Laprade Núñez, ayer, junto a su abogado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
José Miguel Marco

Eric Luis Laprade Núñez no podía creerse casi lo que estaba oyendo. Después de pasar un año en prisión como presunto autor del homicidio de Enrique Guillén Álvarez, de 45 años, tras propinarle varios puñetazos en la plaza de José María Forqué, el magistrado de la Audiencia Provincial de Zaragoza José Ruiz Ramo le comunicaba que lo dejaba en libertad condicional. El acusado se enfrentaba inicialmente a doce años de cárcel por un homicidio doloso, es decir, intencionado. Esta era la postura del fiscal y la acusación particular, ejercida por la abogada Susana Ferrer en nombre de la familia del fallecido. A lo largo de la instrucción del caso, ambos habían mantenido que Laprade se enfrentó a golpes con su contrincante, al que no conocía de nada, y que al ver que se incorporaba del suelo tras unas primeras bofetadas, le propinó "un contundente puñetazo en la cabeza" que le hizo caer y que se golpeara contra el suelo fracturándose el cráneo. Enrique Guillén entró en coma y murió cinco días después.


Sin embargo, ayer coincidieron con las tesis de la defensa, a cargo del letrado Óscar Espinosa, y convinieron en que se trató de un homicidio imprudente y que Laprade nunca tuvo intención de matar. Las tres partes acordaron que la pena ajustada era dos años de prisión más el pago de 160.000 euros de indemnización a la familia de la víctima, dinero que nunca verá porque el acusado es insolvente.


Al ser una vista con jurados y aunque en este caso su esfuerzo iba a ser mínimo pues no hacía falta que emitieran un veredicto, todos les agradecieron su presencia y el fiscal les explicó el porqué del acuerdo. Manuel Torralba aclaró que se había "reacomodado" la acusación de acuerdo con los hechos probados y a "satisfacción" de todas las partes. En resumen, expuso que lo que ocurrió la tarde del 19 de junio de 2015 fue una riña "mutuamente aceptada". "Los dos estaban de acuerdo en sacudirse y el resultado que esperaban era el de un intercambio de golpes, pero ninguno quería matar al otro", señaló.


"Su muerte fue una lamentable casualidad", afirmó, por su parte, el defensor y se felicitó por que su cliente va a responder por la "parte de culpa" que tuvo, "pero no por más". Espinosa pidió la remisión de su condena pero las acusaciones se opusieron y el magistrado Ruiz Ramo les anunció que se pronunciará sobre este extremo en su sentencia. De momento, ayer decretó su libertad condicional al llevar cumplida la mitad de la pena impuesta.

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