¿Por qué llamamos al 092?

La Policía Local recibió el año pasado 137.000 llamadas que van desde molestias por ruido hasta amenazas de bomba.

Dos policías locales en el Centro Municipal Gran Vía de Zaragoza
Dos policías locales en el Centro Municipal Gran Vía de Zaragoza
Oliver Duch

Es el principal medio de contacto con la Policía Local, y de su análisis no solo se constata la elevada carga de trabajo de los agentes en Zaragoza, sino cuáles son las principales urgencias y sucesos de los que alertan los ciudadanos. La emisora del 092 recibió el año pasado 137.381 llamadas -5.500 más que en 2014-, y entre tanta comunicación se puede encontrar de todo.


La causa más repetida para descolgar el teléfono fue, una vez más, la petición de algún tipo de información (43.925 llamadas). Pero al margen de este cajón de sastre en el que cabe cualquier tipo de duda, el primer motivo de contacto con la Policía fueron las llamadas para asistir a una persona en apuros. Ocurrió en 7.193 ocasiones.


A continuación llegan los derivados con el tráfico. Requerir la presencia policial por accidentes en las calles de la capital aragonesa, badenes ocupados, placas de reserva e infracciones se encuentran en lo más alto de la clasificación, y rondan las 5.000 llamadas al año. Una cifra similar a las llamadas recibidas por alguna alarma disparada en edificios y vehículos (4.343).


También destaca la frecuencia con que se alerta de sucesos relacionados con animales. Hasta 3.808 llamadas -más de 10 al día- pusieron en aviso el año pasado algún peligro con la fauna, principalmente perros, gatos y aves. Mientras que los ruidos vecinales, de bares o del propio tráfico provocaron 2.485 quejas.


Otros motivos no tienen el mismo volumen de llamadas, pero la misma o más importancia. Es el caso de los avisos por violencia de género, que ascendieron a 269. Por su parte, las quejas por el botellón se mantienen estables (345), mientras que el tranvía y sus incidencias llevaron a 628 personas a marcar el 092.


La memoria de la Policía Local presentada recientemente revela a su vez la inquietud que vivió la ciudad ante la crecida extraordinaria del río Ebro en marzo del año pasado. Hasta 106 llamadas recibieron los agentes por las inundaciones en bajos y garajes. En aquella ocasión, los responsables policiales desplegaron a todos los efectivos de la UAPO para vigilar los puentes y zonas zonas peatonales en riesgo.


Finalmente, se encuentran aquellas llamadas que, por fortuna, son poco frecuentes. Es el caso de las amenazas de bomba, 4 el año pasado, las mismas que en 2014. Tampoco son habituales la que alertan de algún tipo de epidemia (gripe aviar, ébola...), pero las hay. En concreto, dos el año pasado.


Por su parte, el cumplimiento de la Ley Antitabaco no supone muchos quebraderos de cabeza para los agentes, que fueron avisados de 13 infracciones en la capital aragonesa, mientras que las afecciones por las huelgas -la de Auzsa empezó en el último mes del año- solo supusieron 15 llamadas.

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