Aparece un lienzo de la muralla de Zaragoza en un medianil de la calle de San Miguel

Cubierto de maleza, se ha hallado en el jardín de un edificio que va a ser rehabilitado. El tramo, de origen medieval, fue rehecho antes de la llegada de las tropas francesas.

A la derecha de la imagen, el tramo de muralla, casi invadido por completo por la maleza. En la parte sombreada pueden apreciarse los vestigios de un arco, también de ladrillo, que el arqueólogo Héctor Arcusa identifica con una posible tronera.
A la derecha de la imagen, el tramo de muralla, casi invadido por completo por la maleza. En la parte sombreada pueden apreciarse los vestigios de un arco, también de ladrillo, que el arqueólogo Héctor Arcusa identifica con una posible tronera.
Oliver Duch

Los trabajos previos a las obras de rehabilitación del edificio antiguo ubicado en la calle de San Miguel, 46, de Zaragoza han servido para ‘descubrir’ un lienzo de la antigua muralla medieval de la ciudad. Se trata de un tramo de varias decenas de metros de longitud, y entre 6 y 8 metros de altura, que separa el jardín de la finca con el inmueble de San Miguel, 44. Hasta ahora, su existencia había pasado inadvertida para los historiadores. "Aunque el origen de este tramo de la muralla es inequívocamente medieval, seguramente lo que vemos ahora sea la reconstrucción que se hizo a principios del siglo XIX para fortalecer la ciudad ante la llegada de las tropas francesas", señala el arqueólogo Héctor Arcusa.


La muralla se ubica en lo que fue en su día el antiguo jardín de la casa del Marqués de Campo Real, zona que fue escenario de intensos combates en los Sitios. Héctor Arcusa ha realizado las catas arqueológicas en el jardín, preceptivas por estar en el entorno de bienes de interés cultural (tanto la iglesia de San Miguel como el colegio Gascón y Marín). Como el inmueble tiene bodega antigua, Arcusa invitó a visitarlo al arqueólogo José Luis Ona, que estudia este tipo de vestigios junto al arquitecto Fernando Bayo.



Cotejo con planos antiguos


"Antes de ir comprobé su ubicación en el plano de Zaragoza de 1712 editado por Ángel Sanvicente –señala Ona–, porque sospechaba que el trazado de la muralla medieval podría atravesar el jardín. Y así se lo indiqué en una primera visita a Héctor. Posteriormente consulté otros planos más detallados, particularmente el de Ricardo Magdalena de la urbanización de la Huerta de Santa Engracia, y pude comprobar con sorpresa que la muralla coincidía con el muro medianil del jardín". "Todos los datos han confirmado que estamos ante la muralla medieval, o más bien de los Sitios. Cuando se quite la enredadera y se sanee un poco el muro se apreciará con toda nitidez", añade Arcusa. La ubicación, que coincide plenamente con la que aparece en los planos antiguos, y su fisonomía, en todo idéntica al tramo conservado en el paseo de la Mina, confirman que se trata de la muralla. Y hay algunos elementos significativos.


"He encontrado un posible mechinal de construcción, relleno de ladrillos, una aspillera de fusilero y los restos de un arco que posiblemente sea una tronera o buzón de artillería –apunta Arcusa–. Y cuando quitemos la enredadera del muro a lo mejor se descubren elementos nuevos".


La muralla se va a limpiar y recuperar, al tiempo que se le quiere poner en valor con una iluminación especial. Sin embargo, solo podrá ser contemplada por los vecinos del inmueble. Allí, Desarrollos Singulares de Zaragoza, S. L. (los hermanos Juan Carlos, Santiago e Ignacio Gallardo-G3 Gestión de Proyectos) están desarrollando el diseño de los arquitectos Rafael Santacruz y David Ruiz, que contempla la construcción de 12 viviendas singulares y de alto standing, con la máxima calificación energética.


Una rehabilitación cuidadosa


La promoción inmobiliaria ya se ha empezado a comercializar. Las viviendas tendrán entre 90 y 120 metros cuadrados (estas últimas serán las más numerosas) y los precios oscilarán entre los 285.000 y 415.000 euros. El edificio está catalogado como de Interés Arquitectónico B, por lo que deben conservarse tanto las fachadas como la caja de la escalera (en forma de media luna) y otros elementos significativos. "El jardín se va a restaurar devolviéndole su antiguo esplendor –subraya Santiago Gallardo–. Se va a recuperar, además, una escalera de caracol que comunicaba la vivienda principal con el jardín. También una fuente de fundición. Ambos elementos metálicos creemos que se realizaron en Averly". "Y hemos querido ser muy respetuosos con las especies vegetales que había –añade Juan Carlos Gallardo–. Vamos a conservar un magnolio de más de 300 años, único en Zaragoza, un laurel de gran porte y una lagerstroemia espectacular". La entrega de llaves de las viviendas será a finales de 2017.

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