El Supremo confirma la pena a la mujer que intentó matar a su tía

El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia dictada en su día por la Audiencia Provincial de Zaragoza que condenaba a doce años de prisión a Consuelo Roche Urbina, de 35 años, por intentar acabar con la vida de su tía, de 88, a la que agredió de forma brutal para robarle.

La acusada desplegó una enorme violencia para conseguir su propósito y, de hecho, cuando abandonó el domicilio de la víctima la dejó por muerta. Antes le había golpeado con un martillo en la cabeza, clavado varias veces un cuchillo, inyectado aire en el cuello con una jeringuilla intentado asfixiarla con un cojín. A pesar de semejante agresión, la anciana logró sobrevivir y pedir ayuda a una vecina.

La Audiencia la condenó por un delito de robo con violencia y otro de tentativa de asesinato, como solicitaba el fiscal y la acusación particular, ejercida por los letrados Óscar Frontiñán y Alberto Cervera. La procesada recurrió la sentencia y, entre otras cuestiones, pidió que se tuviera en cuenta su estado psíquico y que se apreciara la circunstancia eximente o atenuante de enajenación mental.

Sin embargo, ni para la Audiencia entonces ni para el Supremo ahora ha quedado acreditado que la acusada, en el momento de cometer los hechos, presentara una merma en sus facultades mentales que le impidiera conocer y comprender el alcance de sus actos.

Los magistrados sí que estimaron que cuando perpetró la agresión podía tener "padecimientos depresivos", pero no un proceso psicótico agudo que alterara sus facultades. Al contrario, el informe de los médicos forenses dejó claro que la acusada desarrolló una conducta "organizada" –se cambió de ropa tras dar por muerta a su tía, se soltó el pelo y se puso unas gafas de sol antes de salir del piso– y consumó su intención "finalista", es decir, consiguió el dinero, lo que "difícilmente" puede calificarse de una conducta psicótica.