Tener siempre en orden armarios y otros muebles de almacenamiento no resulta una tarea fácil. Muchas veces, la falta de tiempo y disponibilidad juegan en contra a la hora de optimizar y organizar espacios, una tarea que se profesionalizó en Estados Unidos hace más tres décadas. Facilitar este trabajo entre particulares y empresas se convirtió en una ocupación que cuenta hasta con una Asociación Nacional de Organizadores Profesionales en el país norteamericano.

En la actualidad, solicitar estos servicios para mantener el orden en casa o en el trabajo comienza a ser una práctica habitual, extendida en todo el mundo, que también ha llegado a Aragón.

Ordeno Todo es una iniciativa de la zaragozana Mónica Sanmiguel que se abre hueco en el mercado profesional a base de trucos pasa doblar la ropa de cama, organizar cajones, mesas, archivos... todo aquello que sea susceptible de ser ordenado y hasta descubrir, literalmente, ese fondo de armario que no se vé pero existe.

“Lo tenía en mente desde hacía tiempo, había visto muchos programas de la televisión norteamericana que abordan este tema y quise formarme en esta disciplina, ser oganizadora profesional. Es algo que se te tiene que dar bien. Lo hacía en mi entorno hasta que decidí poner en marcha el proyecto a través del semillero de ideas de Zaragoza Activa. La idea cuajó y ahora estoy finalizando allí el Máster de Emprendedores-, cuenta-. En un futuro, también me gustaría poder trabajar con personas con discapacidad que puedan necesitar este tipo de servicios”.

Además de hogares de clientes particulares, esta organizadora profesional también ofrece sus servicios en espacios como trasteros, almacenes profesionales, oficinas y comercios. Sanmiguel confecciona según cada necesidad un plan personalizado para que el orden se mantenga una vez haya concluido su labor.

Por el momento, Ordena Todo “está teniendo bastante aceptación y en breve pondremos en marcha la página web y el plan de márketin de cara a su puesta de largo”, revela. En esencia, el trabajo de Mónica Sanmiguel plantea “crear hábitos, pautas muy sencillas que la gente no conoce y que permiten al cliente mantener organizados sus espacios. Hay quienes que necesitan una ayuda constante, por diversas circunstancias, y también hay quienes consiguen que esas pautas continúen”.

Una práctica necesaria

En cada caso, Sanmiguel realiza una visita previa para examinar las características de los distintos espacios. Después, regresa para acondicionarlos, clasificar y reubicar los elementos que se deseen almacenar (ropa, utensilios de cocina, libros, etc...). La primera visita es gratuita y el servicio posterior tiene un coste de 15 euros por una hora de trabajo en hogares particulares. En empresas, la tarifa aumenta “porque se requiere más tiempo”, aclara.

En opinión de Mónica Sanmiguel, "aunque en principio no parezca necesario demandar este tipo de servicios, lo que la experiencia dicta es que todo el mundo tiene un espacio al que le falta orden. Es una práctica necesaria a nivel doméstico”.

Todo encaja en el trabajo de Mónica mientras pone a punto y da los últimos retoques a Ordeno Todo, una iniciativa en cuyo logo aparecerá la pieza de un famoso videojuego creado en los años 80: “No me gustaba mucho jugar al Tetris aunque se me daba bastante bien”, confiesa.