El Ayuntamiento estudia cómo reformar el albergue municipal

El Ayuntamiento de Zaragoza ha empezado a estudiar las necesidades del albergue municipal, donde cada año pernoctan miles de transeúntes (a lo largo de 2015 tuvo un total de 2.217 usuarios diferentes), para encarar una futura renovación de las instalaciones, que ya acusan el paso del tiempo.

La dirección de Arquitectura, integrada en el área de Urbanismo, está redactando el informe preliminar del proyecto, contemplando todas las demandas y sensibilidades de los colectivos implicados y de los propios trabajadores. Según indican fuentes del Consistorio, se trata del "primer paso para una futura actuación".

La dirección del centro lleva un tiempo planteando la necesidad de "repensar" el proyecto, que en estos momentos tiene plazas para 72 hombres y 13 mujeres y su ocupación ronda el 90% durante todo el año. Solo cuando aprieta el frío se sufre la falta de camas, aunque se habilitan colchones para todos aquellos que lo necesitan. Más que el espacio, el mayor reto al que se enfrenta el albergue es la cronificación de un 10% de sus ocupantes.

Otros servicios que se ofrecen son los módulos para familias, el comedor (que da una media de 363 comidas al día), las duchas para que las personas sin hogar se puedan asear y el ropero, que facilita unas 65 prendas diarias.

La casa abierta, ubicada en los bajos del albergue, es un centro "de baja exigencia" donde se hace seguimiento a transeúntes con otro perfil. Tiene dos salas conectadas y está gestionado por la parroquia de El Carmen, que también tiene prevista una próxima reforma del inmueble.

Espacio para mascotas

?Uno de los puntos que se contemplan para el futuro proyecto del albergue, aseguran fuentes municipales, es la inclusión de espacios que den cobijo a las mascotas de los usuarios. En estos momentos "es imposible" ofrecer el servicio porque "el edificio no cumple con los requisitos".

La instalación no ofrece esta posbilidad pese a que el Pleno aprobó hacerlo en enero de 2014. Así lo requería una moción presentada por el grupo municipal de Izquierda Unida -que ahora integra Zaragoza en Común- a instancias de PACMA y Vegan Hope, en la que se daba tres meses de plazo para cumplir con el objetivo y empezar a acoger a los animales de compañía. IU afirmaba que en aquel momento se contabilizaba una quincena de usuarios potenciales.

Han pasado más de dos años desde que se dio luz verde a la medida, que a pesar de no ponerse en marcha ha sido puesta como ejemplo por las asociaciones animalistas de otras ciudades españolas. La coordinadora de Pacma en Aragón, Olga García, critica la "inacción" cuando "es algo aprobado y refrendado por el pleno".

García explica que "como medida temporal se ofertó que las mascotas se quedaran en el Centro de Protección Animal, pero no se ha tenido en cuenta que las personas que viven en la calle no tienen una vida normalizada y no van a acceder a separarse de sus animales, ya que eso les supone un gran estrés".