A punto de cumplirse un año del doble intento de asesinato en el chalé de la urbanización de La Fuente de la Junquera, la Fiscalía acaba de remitir un informe a la juez que instruye el caso pidiéndole que procese a Inocencio L. L. por el apuñalamiento de su exmujer y un amigo de esta, pero no así al conserje del recinto, Raúl M. M., al que también se detuvo como presunto colaborador. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional considera que la información que facilitó el empleado fue "esencial", puesto que llamó por teléfono al homicida para informarle de los movimientos de las víctimas. Y aunque la acusación pública se alineaba hasta ahora con esta teoría, a estas alturas de la investigación considera que no hay pruebas de peso para calificar al conserje como cómplice o cooperador necesario de este doble crimen frustrado.

Los hechos que llevaron al arresto de estos dos hombres se produjeron la madrugada del 20 de junio de 2015 en la casa número 29 de la urbanización de La Fuente de la Junquera. Aunque se había separado recientemente de su mujer y ya no residía allí, pasadas las 4.00, Inocencio L. L., de 55 años, se presentó en el chalé y aprovechando que conservaba el mando a distancia del garaje se introdujo en el interior. Según la Policía, acto seguido, cogió un cuchillo de la cocina y se dirigió al dormitorio, donde supuestamente apuñaló a su exesposa, Ana Isabel A. G., de 46 años, y su acompañante, Alfonso J. M., de la misma edad. Las lesiones más graves las sufrió la mujer, ya que el hombre logró escapar del agresor para pedir auxilio a los vecinos.La juez no se ha pronunciado

La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza todavía no se ha pronunciado sobre la petición de exculpación del portero formulada por la Fiscalía y deberá escuchar antes a las acusaciones particulares, que en nombre de las víctimas ejercen los letrados Javier Notivoli y Antonio Jorge Torrús. En cualquier caso, a la hora de tomar una decisión, la magistrada habrá de repasar también el atestado policial, en el que se detallan los indicios por los que se considera a Raúl M. M. cómplice del doble intento de asesinato.

Según el Grupo de Homicidios, el portero facilitó al homicida información sobre las salidas de su exmujer, siendo dicha información de tipo "muy sensible"; era conocedor del carácter difícil de Inocencio L. L. y de que el matrimonio tenía problemas; y la noche de los hechos informó al agresor de que su exesposa accedía a su casa en compañía de un amigo. A todo esto, los investigadores suman la sospecha de que el conserje pudo recibir alguna contraprestación económica.

Frente a estos argumentos se sitúan los del fiscal, que son los que siempre ha mantenido la defensa, a cargo del abogado Javier Osés. En el informe remitido a la juez, la acusación pública manifiesta que "en modo alguno todos esos indicios (...) pueden integrar o acreditar la participación de Raúl M. M. en los hechos cometidos por Inocencio L., ni a título de cooperador necesario ni de cómplice".

El fiscal admite que aquella madrugada existió un tráfico de llamadas entre el presunto homicida, al que defiende Enrique Trebolle, y el conserje. "Pero se desconoce cuál fue exactamente la información facilitada", apunta. En cuanto a la supuesta contraprestación económica, esta parte mantiene que tampoco ha quedado acreditada. Para el ministerio público, tampoco hay prueba alguna de que Raúl M. M. albergara "sospecha razonable" sobre las verdaderas intenciones del exmarido de la víctima, que no eran otras que las de acabar con su vida y con la de su compañero.

Será a la hora de dictar el auto de procesamiento cuando se sepa si la instructora del caso lleva o no a juicio al portero. Y pronto podrá llevar a cabo el trámite, puesto que los forenses ya han informado sobre las lesiones de las víctimas.