Café solidario, escopeteros y mercadillo de segunda mano para un domingo festivo

Las dos orillas del Ebro congregaron ayer a cientos de zaragozanos en diversas actividades, como un mercado de comercio justo y las fiestas del barrio del Arrabal.

Homenaje al Tío Jorge en el Arrabal. Con flores y ataviados con trajes de la época de  la Guerra de la Independencia contra los franceses se recordó al heroico vecino del barrio.
Homenaje al Tío Jorge en el Arrabal. Con flores y ataviados con trajes de la época de la Guerra de la Independencia contra los franceses se recordó al heroico vecino del barrio.
José Miguel Marco

El viento hizo amago de ir a estropear la jornada, pero el sol pudo más y cientos de personas disfrutaron ayer en el centro de Zaragoza de varias actividades que se concentraron en la plaza del Pilar y el Arrabal, que celebraba el final de sus fiestas de San Gregorio Magno.


Junto a la fuente de la Hispanidad, la Federación Aragonesa de Solidaridad y el Ayuntamiento de Zaragoza habían organizado la Lonja de Comercio Justo, que invitó a cerca de 400 visitantes a un café solidario con la ayuda de Un Café Diferente. Además, pudieron adquirirse productos en puestos de oenegés y otras entidades que apoyan proyectos en países menos desarrollados y luchan por que la condiciones laborales y de vida de la gente sean adecuadas.


‘El comercio justo es un gusto que da sentido a los cinco sentidos’ era el lema de este año, y las opiniones de los compradores lo avalaban. "La relación calidad-precio es buena y además hacemos una labor de ayuda a gente que lo necesita", aseguraba Elena Acero, que se llevaba "sobre todo, dulces". "El chocolate con naranja, si eres laminera, es exquisito, y está en la tienda de Intermón todo el año", agregaba. También chocolate y café (descafeinado y ecológico) había adquirido Flor Martínez, que no se había enterado de la lonja y se la encontró al dar un paseo. Contaba que ella, que es médico, había estado trabajando en países como Nicaragua, Etiopía o Senegal y las cosas allí están "muy mal", por eso comprando artículos de comercio justo "algo les aportas desde aquí". Por su parte, Agustina Inchausti agregaba que, aunque salga un poco más caro, "conoces los ingredientes y es justo lo que estás pagando, son de una calidad que no encuentras en los supermercados". Su marido, Ignacio Pérez, se mostraba convencido de que es necesario ayudar a la gente de países más desfavorecidos a "desarrollar su vida con normalidad, darles una oportunidad". Opinión que compartía Luisa Gálvez, que se aficionó a los artículos de comercio justo "desde que empecé a tenerlos a mano en la tienda del centro Joaquín Roncal". Apuntaba que, además, "suelen ser también ecológicos". Como novedad, este año hubo en la Madalena una ruta de tapas bautizada como ‘Justo Pincho’, en la que participaron siete locales.


Mientras, al otro lado del puente de Piedra, en el Balcón de San Lázaro se celebraba el Market Re-Place de artículos de segunda mano (que fue suspendido por la lluvia la semana anterior) y los vecinos del Arrabal terminaban de disfrutar de las fiestas de su barrio. Entre otras muchas cosas, la mañana se dedicó a apoyar la adopción de mascotas y también tuvo lugar el tradicional homenaje al Tío Jorge en el parque que lleva su nombre, mientras que por la tarde decenas de personas acudieron al teatro solidario del Centro Estación del Norte y centenares de niños y adultos acompañaron por las calles a los cabezudos al ritmo de la charanga Alboroto.

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