Una avería en la catenaria deja sin tranvía a miles de usuarios durante casi cuatro horas

Uno de los convoyes arrancó el cableado, que quedó suspendido sobre Gran Vía. El fallo obligó a cortar la tensión de la red y, aunque el servicio funcionó en bucle, los buses alternativos circularon llenos.

Varias personas cortaron durante unos minutos la Gran Vía, al llegar un bus de refuerzo lleno.
Varias personas cortaron durante unos minutos la Gran Vía, al llegar un bus de refuerzo lleno.
Oliver Duch

Una avería en la catenaria del tranvía a la altura del Paraninfo obligó ayer a suspender el servicio durante casi cuatro horas. Miles de viajeros se vieron afectados por la incidencia, entre las 14.35 y las 18.10, que obligó a cortar la tensión de la red tras quedar parte de los tensores del cableado suspendido sobre los parterres y el carril bici de Gran Vía. La Policía Local acordonó la zona por precaución hasta que llegaron los técnicos. Desde la concesionaria explicaron que no hubo ningún riesgo porque el cableado vencido no fue de catenaria y porque la tensión se corta de forma automática.


El convoy que causó el incidente acabó con el pantógrafo –las ‘antenas’ en forma de T que conectan al convoy con la catenaria– completamente destrozado. La unidad tuvo que ser remolcada y anoche, en cocheras, se iba a examinar al detalle qué pudo causar la avería. Una de las primeras hipótesis es que se elevara el pantógrafo antes de llegar a la parada de Gran Vía y, en consecuencia, se enganchara, tirara y arrastrara los cables.

Los autobuses, al rescate

En un primer momento hubo que interrumpir la circulación desde La Romareda hasta la avenida de la Academia, y los convoyes funcionaron en bucle por Valdespartera. Después, y gracias a las vías de escape, se recuperó también la circulación desde Parque Goya hasta la plaza de España, si bien por Independencia, Gran Vía y Fernando el Católico hubo que echar mano del plan de contingencia, con autobuses que cubrían el trazado. Estos circularon tan abarrotados que, incluso, provocaron algún conato de rebelión de ciudadanos cansados de esperar y que ocuparon la calzada como modo de protesta.


Agentes de la Policía Local acudieron al lugar del incidente en previsión de que hubiera algún problema de tráfico, porque las cercanas obras del paseo de la Constitución propiciaron un cuello de botella en Paraíso que podía afectar al paso de los buses que completaban el recorrido.


"Pues menos mal que no hay huelga de bus", decían los viajeros pacientemente en fila cuando veían pasar frente a sí a buses llenos con el distintivo TR que ni siquiera paraban a recogerlos. "¿Hay modo de reclamar? Voy a tener que coger un taxi y dime tú a quién le paso la factura", se quejaba Lourdes Viñuales, de 63 años, que tenía que ir a Valdespartera a cuidar de sus nietos y había avisado a su hija de que llegaría tarde para que ella –a su vez– avisara de que también iría tarde a trabajar.


"El tranvía está bien, pero cuando hay problemas es insufrible: tardan mucho en solucionarlos", se quejaba Jesús Arrieta, vecino de Romareda, que cuestionaba la "sostenibilidad" de un proyecto "que ha costado una millonada y no es fiable".

Expertos por sorpresa

Dado que la avería se prolongó durante horas, a eso de las 16.00, cuando muchos zaragozanos se reincorporan a su trabajo en horario vespertino, el servicio solo se había restablecido parcialmente. "¡Fresadora, grapas, flejes!", pedían los técnicos subidos a una cestilla, mientras trataban de tensar de nuevo el cable a la altura del Paraninfo. En este punto el tirón que se llevaron los tensores fue tan fuerte que, incluso, se movieron las ménsulas que sujetan los anclajes bajo los árboles supervivientes de Gran Vía.


Poco a poco, con una suerte de manivela, se fue consiguiendo tensar el cableado y todas las piezas volvieron a su ser. Por descontado, junto a los operarios, se arremolinaban decenas de ciudadanos (y no solo jubilados) que, de pronto, se habían hecho expertos en revestimientos de caucho, sistemas eléctricos y los susodichos flejes que –interpretaban– eran las bridas metálicas que encapsulaban los cables.


Ante el "caos organizativo", el Partido Popular ya pidió ayer que el Ayuntamiento revise el plan de contingencia consistente en desviar líneas de bus para que hagan de lanzaderas tranviarias. El concejal Sebastián Contín lamentó que miles de usuarios pasaran horas "sin información, sin buses alternativos y sufriendo el colapso de la ciudad consolidada".

Fallos en el cableado

No es la primera vez que la catenaria juega una mala pasada al servicio tranviario, pues la línea ha sufrido dos importantes averías en el tendido eléctrico desde que se puso en explotación en 2011. La primera se debió a un "desajuste" en una ménsula de los tensores también en Gran Vía, a la altura de la calle de Marcial, en junio de 2012. La incidencia cortó el tráfico entre La Romareda y Paraíso durante cuatro horas y media.


El segundo fallo se registró un año después por la rotura de una pieza de anclaje en la avenida de Isabel la Católica, a la altura del hospital Miguel Servet, donde se interrumpió la línea otras cuatro horas.


No obstante, hacía días que no se registraba una avería importante en la línea tranviaria, que utilizan cada día más de 80.000 zaragozanos y que durante las fiestas del Pilar bate récords con hasta 137.000 usuarios.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión