El reciclaje de papel y cartón cae un 37% en apenas seis años debido al aumento de los robos

De las casi 21.000 toneladas recogidas en 2009 se ha pasado a menos de 14.000 el año pasado. Los ladrones colocan el material a un precio de 7 céntimos el kilo en empresas que luego lo revenden.

Una de las empresas que recogen papel y cartón, en la avenida de Cataluña de Zaragoza.
Una de las empresas que recogen papel y cartón, en la avenida de Cataluña de Zaragoza.
Francisco Jiménez

El Ayuntamiento de Zaragoza tiene un grave problema con el reciclaje de papel y cartón, y no parece encontrar ninguna solución viable. Los técnicos municipales observan con preocupación cómo por culpa de los robos que se producen en los contenedores se ha dejado de recoger un 36,82% respecto al 2009, cuando se alcanzó el pico máximo de 20.834.998 kilogramos. En 2014, esta cifra bajó hasta los 13.962.314 kilos.


Pero el descenso no se detiene, y en 2015 apenas se recolectaron 13.163.530 kilos, un 5,72% menos que el año anterior. Una bajada en la recogida de derivados de la celulosa con un claro impacto económico en la ciudad. "Está claro que el papel nos lo roban de los contenedores. Hay que tomar algún tipo de medida, porque los datos son claros", apunta José Luis Gracia, jefe de unidad de LimpiezaPública.


En toda la capital aragonesa hay contabilizados 1.708 cubos de color azul, además de otros 42 soterrados y los 65 de carga superior de Valdespartera. Se añaden también los puntos limpios fijos de Torrero, Cogullada,San José, Universidad y Valdespartera. Y en todos ellos han acusado la disminución de las cantidades acumuladas por culpa de personas que, con un carrito y un gancho, acceden a los contenedores y roban su contenido.


Uno de estos recolectores que subsisten en Zaragoza gracias al triaje de los contenedores de papel es Taufik Karimm, casado y con un pequeño de once meses. Recorre la ciudad con un carrito de supermercado metálico, en el que acumula todo tipo de productos reciclables, desde revistas hasta viejas enciclopedias, libros infantiles o periódicos. Con una sola carga de su carro reúne entre 100 y 150 kilos, según lo voluminosos que sean los materiales encontrados en los cubos.


Lo que recogen personas como Taufik lo venden posteriormente en empresas que se encargan de separarlo según sea cartón o papel y revenderlo a las distintas fábricas papeleras. Una de estas intermediarias es Recuperadora de Cartones Ebro, en la que trabaja Andrea Vázquez. Es la encargada de pesar las cargas y pagar según los kilogramos. Vázquez explica que el precio de mercado oscila entre los siete y los ocho céntimos por kilo.


Esta empleada detalla que le suelen llegar al día más de 15 carros, ya que hay personas que hacen incluso dos viajes con su carrito lleno de revistas y periódicos viejos. "Cartón no tanto, porque es muy voluminoso y pesa poco". Es decir, se paga a menos porque cuesta más sumar hasta un kilo. Trasladado a dinero, se suelen abonar unos 10 euros por carro.


No obstante, este entramado de robos de papel es difícil de atajar, como admite la propia Policía Local. La Ordenanza de limpieza pública, recogida y tratamiento de residuos sólidos de Zaragoza, en su artículo 10, prohíbe "por su repercusión en el estado de limpieza de las calles, la rebusca o triaje de las basuras domiciliarias o de establecimientos de toda índole, sancionándose dicho acto con todo rigor y decomisándose los efectos o materiales rebuscados".


Aunque, efectivamente, el delito se persigue, las pesquisas policiales no suelen fructificar, ya que la mayoría de los que se dedican a la recogida de diarios, revistas y demás suelen ser gente con escasos recursos o directamente insolventes, por lo que las multas no surten ningún efecto.


Daño económico a la ciudad


La desaparición del papel y el cartón de los puntos de reciclaje no es una cuestión meramente de limpieza, sino que afecta directamente a las arcas municipales en varios modos.


En primer lugar, y como explica José Luis Gracia, jefe de unidad de Limpieza Pública, los robos reducen las cantidades recolectadas. "Hacen que tengamos menos ingresos, porque nosotros vendemos a Saica lo que recogemos", detalla. Además, la recogida se cobra igual estén los contenedores llenos o vacíos, por lo que muchas veces los zaragozanos están pagando por un servicio que no se lleva a cabo, lo que supone un segundo perjuicio para las cuentas del Consistorio.


"Es un problema nacional", resume Gracia, que considera que los ladrones hacen "un flaco favor" a la ciudad, ya que muchas veces rompen los cubos de reciclaje al intentar acceder a su contenido –otro gasto más que se suma al Ayuntamiento–. Para intentar paliar la situación, se han abierto concursos para inventores que diseñen un contenedor antivandálico. "Estamos esperando sus resultados", afirma el jefe de unidad.

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