De un zoo a un cementerio de bolis: las propuestas para el parque Pignatelli

El Ayuntamiento ha recibido 142 ideas, algunas de lo más peculiar, para la ampliación de la zona verde.

Depósitos del parque Pignatelli
Depósitos del parque Pignatelli
M. M.

Los vecinos del parque Pignatelli, zona verde a medio camino entre cuatro distritos zaragozanos, tienen en sus manos convertir el preciado paño de terreno que comprenden los antiguos depósitos anexos en lo que ellos quieran. Dentro, claro, de unos límites. El Ayuntamiento de la capital aragonesa abrió un plazo de recepción de propuestas que se cerró con 142 aportaciones ciudadanas y las ideas y comentarios resultaron ser de lo más heterogéneo.


Los hay que apuestan por un modelo de parque puro y duro, con un estanque central y un pequeño bosque. Algunos se fijan en modelos de otras ciudades españolas, como Pamplona o Barcelona, e incluso en espacios ajardinados de estilo holandés o japonés. Todos quieren un parque más amplio y limpio, pero los complementos varían en cada caso: un ciudadano insta a la concejalía de Urbanismo a calcar el parque infantil del parque del Agua (con tirolina, columpios, toboganes, campo de minifútbol...) mientras otro aboga por instalar un castillo que sea reflejo del barco pirata de Valdespartera.


Los planteamientos vecinales aparecen recogidos en un informe del director de servicios de Planificación y Diseño Urbano, Ramón Betrán, quien da cuenta de algunas contribuciones poco convencionales. La más destacable, por lo estrafalario, es "un cementerio de bolígrafos donde los escritores célebres que visiten Zaragoza puedan depositar los suyos y en el que, para ilustración de las generaciones futuras, cada bolígrafo se expondría en una urna, acompañado de una foto de su dueño y un fragmento de algún texto escrito con él". El lugar indicado sería "la casita del guarda o en un depósito al aire libre".


En una imaginativa sugerencia se aboga por hacer del antiguo aljibe de aguas limpias "un espacio de tranquilidad, de meditación interior", llevando hasta ahí los sonidos del parque "por vía de unas tuberías al modo de un gran trombón, trompa o trompeta, de forma que en ese silencio se pueda escuchar la banda sonora de los niños jugando".


En los 142 aportes vecinales hay espacio para los animales. Hay propuestas que animan a dar paso a un zoológico y en un caso se cita como modelo el pequeño zoo del parque de la Taconera, en la capital navarra, donde distintas especies como ciervos, patos, faisanes, cisnes o pavos reales viven en semilibertad. Otro zaragozano se inclina por "un espacio de meditación no accesible para niños o perros, sí para gatos", acompañado de "una escuela de yoga -preferiblemente de la corriente Kundalini- y un centro de atención de animales". "Sería ya espectacular –añade este místico- un café de cuidado o adopción de gatos como los hay en Japón". En esa línea felina hay quienes proyectan un espacio para la colonia de gatos abandonados que ahora vive en los depósitos, mientras la vertiente perruna urge a habilitar zonas de suelta de canes.


Las construccions hidráulicas en desuso ocupan 37.812 metros cuadrados en los que muchos ven cristalina la idoneidad de ubicar un estanque de más extensión que calado: una lámina de agua cobijada en uno de los actuales depósitos que estructure la arquitectura paisajística. A su alrededor se exigen instalaciones públicas como bibliotecas polivalentes, una piscina cubierta de 50 metros junto a un centro de alto rendimiento de deportes acuáticos y una residencia para jóvenes promesas o pistas deportivas para todo tipo de disciplinas.


El arbolado frondoso que se pide lo formarían especies autóctonas y sería cuidado por los propios vecinos y ampliado por los niños de la ciudad en jornadas especiales. Son recurrentes también los huertos urbanos, la xerojardinería, las rosaledas, los quioscos de restauración en forma de iglús o las zonas musicales. En este sentido, otras iniciativas bosquejan un anfiteatro que acoja conciertos, proyecciones de cine o interpretaciones teatrales. Y algún amante del vértigo desliza la posibilidad de aprovechar los desniveles para erigir presas de escalada.


Para el aljibe enterrado se idean salas de exposiciones y centros de interpretación de la propia instalación hidráulica. Y también en clave subterránea se abre el debate de habilitar plazas de aparcamiento que despejen las calles adyacentes y ayuden a costear los costes de la remodelación. Una obra para la que se ruega que se cambie el tipo de suelo, pues "la tierra blanca que hay ahora hace que los días de viento en el parque sean complicados para los pequeños, se les mete en los ojos y no se puede estar".

Mercado o mercadillos

Lo cierto es que a la concejalía de Urbanismo han llegado peticiones de toda clase y condición, algunas que incluso se escapan de las competencias municipales, como la construcción de un centro de salud o de una residencia de ancianos. En ese tótum revolútum se asoman "instalaciones de ocio no consumista como alternativa al botellón y a las esterilizantes pantallas", mercadillos de flores y de alimentos e incluso un interesado sugiere que se reserve "una zona para un supermercado en condiciones, pues en todo el barrio de Torrero sólo hay un supermercado decente".


También se apuesta por situar en el aljibe un "centro de consulta documental permanente de fondos (libros, planos, diseños…) de la política hidráulica zaragozana" o dar cobijo a un vivero de empresas y se abre la posiblidad de levantar vivienda para sufragar la intervención urbanística.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión