Cuando Zaragoza se acababa en el Coso

En 2005, se retiró de esta vía zaragozana una lápida que recordaba que allí terminaba la ciudad.

Inscripción en la calle del Coso, 101.
Inscripción en la calle del Coso, 101.
Fernando Crusellas Abián

Desde comienzos del siglo XIX, una inscripción colocada a la altura del número 101 de la zaragozana calle del Coso (frente a la plaza de San Miguel), justo donde tuerce y continúa con el nombre de Coso Bajo, recordaba con el hexámetro en latín “Saxeus Hac Murus Veterisque Hic Terminus Urbis” que allí se acababa Zaragoza: “Esta piedra del antiguo muro indica que aquí está el término de la ciudad”


Las 'piedras del Coso', como era conocido este emplazamiento en el pasado, contiene vestigios de la muralla que rodeaba la Zaragoza romana en el siglo III -en la actualidad corresponde al Casco Histórico de la ciudad-, y sirvió como cantera para la construcción de nuevos edificios en la capital aragonesa aprovechando restos de la vieja muralla, junto a los graneros de la ciudad y la antigua judería.


En 2005, la placa desapareció del hueco que llevaba dos siglos ocupando mientras comenzaba el proyecto de edificación de un bloque de viviendas en el solar ubicado en la calle del Coso, 101, cuyas obras arrancaron en 2007.


El Ayuntamiento de Zaragoza decidió retirar la placa en 2005 con la intención de preservarla y devolverla a su lugar una vez concluida la construcción del nuevo edificio. Dos años después, durante la demolición de la vieja casa que ocupaba el solar aparecieron varios sillares de la muralla romana, al igual que ocurrió con el edifico contiguo, sito en el número 99 del Coso. Algunos de estos sillares se encontraron fuera de su emplazamiento original y se decidió desmontarlos y guardarlos.


El hallazgo de restos de la vieja muralla paralizó la construcción. Mientras la empresa Contrafuerte realizó catas arqueológicas supervisadas por la consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Aragón. El proyecto se estancó hasta que, en 2011, el Consistorio zaragozano concedió a la empresa Artal licencia urbanística para la construcción de un edificio de 10 viviendas, trasteros y local, que hasta la fecha tampoco se ha materializado. En la actualidad el solar continúa vallado.

'Piedras del Coso'

El vicepresidente de la Academia del Cine Aragonés, Antonio Tausiet, recopiló hace unos años en su blog una serie de fotografías sobre la desaparición de la placa y profundizó en la historia de las 'piedras del Coso'.


En su página relata que “un juicio sobre el asunto, celebrado en 1787, decretó en su sentencia que se colocase allí una inscripción. En 1806, Juan Antonio Fernández escribió 'El acueducto romano de Zaragoza', donde hacía constar: 'Subiendo la calle del Coso, a la izquierda, sobre la pared, junto a la carnicería, donde llaman las Piedras del Coso, hay una piedra negra como media vara en cuadro, con esta inscripción que copié en 18 de agosto de 1806: SAXEVS. HAC. MURVS VETERISQVE. HIC TERMINVS. VRBIS'”.


El emplazamiento de las 'piedras del Coso' fue ocupado por una carnicería durante el siglo XIX, una peluquería en buena parte del XX, hasta 1992, “flanqueada por una espacio dedicado a los carteles taurinos y por un quiosco de prensa que ocupaba la portería de la escalera de vecinos”, apostilla Tausiet y, hacia el tercer milenio, la actividad comercial estuvo presente hasta su cierre con la tienda de prendas de piel Aduana.


De las 'piedras del Coso' también se hacía eco esta pasada semana el bibliófilo José Luis Melero en las páginas del suplemento 'Artes & Letras' de HERALDO, donde comentaba la mención de esta inscripción en un libro recién adquirido, un memorial de las fiestas que se celebraron en Zaragoza en noviembre de 1807, y volvía a traer a la memoria “esa lápida que habremos de volver a colocar en el Coso”.

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