¿Se puede viajar por el mundo con un dedal?

Una vecina de Sabiñán atesora más de 1.500 recuerdos de diversas partes del mundo que le han enviado durante más de 20 años.

Olga Genzor y su marido, vecinos del municipio de Sabiñán, como se han dedicado toda la vida a negocios de hostelería han estado muy atados y por eso no han viajado todo lo que les hubiera gustado. Pero Olga, muy engatusadora, se puede decir que ha 'viajado' con los dedos por todo el mundo gracias a los más de 1.500 dedales que acumula, y que a lo largo de 20 años le han ido enviando clientes, amigos y familiares.


Aunque más que un millar de dedales lo que atesora es más de un millar de momentos de cariño. "Lo que más me gusta es que la gente se ha ido de viaje y en algún momento se ha acordado de mí, eso es muy bonito; la mayoría me los envían por correo y no sabes la ilusión que hace recibirlos", dice, orgullosa de su cosmopolita colección.


El primero de este repertorio lo compró ella misma hace 20 años en la calle Alfonso, un dedal de la Virgen del Pilar, "me pareció gracioso", comenta. Luego se hizo con los de los días de la semana, los de los meses del año, la familia Real y ya,"cada vez que salía me iba fijando y ahí empezó la colección".


Luego, lo fue comentando con los clientes y amigos que pasaban por el negocio que regentaron en Zaragoza, la Cafetería Ignacio -primero en el Coso, y después en la calle Marcial-, y ahora en la Casa Rural Las Encantadas de Sabiñán. "Es una cosa pequeña y no es muy caro, de todos los que tengo nadie me lo ha cobrado", dice riendo Olga, quien reconoce que ya es tan conocida su pasión de coleccionista que todo su entorno acaba acordándose de ella cuando hacen turismo.


"Mis hijas les dicen a sus amigas cuando se van de viaje 'tráele un dedal a mi madre’, y también mi hermano le pide a sus amigos, y la gente del pueblo... Yo les digo: 'oye, aunque sea de Salou, que me parece estupendo', me lo traes también". Olga no hace feos a nada con tal de engrosar su peculiar gabinete de maravillas. Y ella misma reconoce que a veces, se deja llevar por su pasión acumuladora, y acaba embaucando hasta los desconocidos: "Una vez me llamó un señor de México para hacer una reserva y tuve la cara dura de decirle si podía traerme uno antes de que viniera, y me lo trajo de Guadalupe", recuerda.

Proyecto de sala de exposición

Olga va repasando cada uno de sus ‘souvernis’, y rápidamente hilvana con cada uno de ellos un recuerdo, una historia, el paso de un cliente... “Uno muy especial es el del Ojo de Buda que me trajo un amigo alpinista que venía al pueblo a caminar por las montanas”, recuerda. También tiene uno de Bosnia que le envió un amigo militar cuando estaba en la guerra – “fíjate, con lo que tenían allí, y se acordó”, dice-. Especial ilusión le hace uno de Jerusalén, le gusta mucho el de la Torre de Pisa…y vamos, que se pone a hablar, y se queda con todos.


Tiene dedales de todos los estados de Estados Unidos –de Nueva York, varios con los iconos imprescindibles del taxi amarillo, las Torres Gemelas, la estatua de la Libertad…-, también de Canadá. Latinoamérica está representada por dedales de Acapulco, Republica Dominicana, Argentina, Paraguay, Cuba, Chile….


No falta Europa y sus principales ciudades, también países de África como Egipto o Kenia, y Singapur, Vietnam o Tailandia en la parte asiática. Y luego tiene otros con más valor sentimental que el de la lejanía de su procedencia, como "uno muy bonito que mi hizo una amiga del pueblo, hecho de plata de bolillo, una virguería".


También prácticamente tiene de todos lugares de España, y para mostrarlos hizo un gran mapa sobre el que los colocó una vez que los mostró en el pueblo. Ahora, ya planifica habilitar una sala en la casa rural en el que poder mostrarlos todos por áreas geográficas. "Ahora tengo algunos en una vitrina y el resto guardados, tú no sabes el trabajo que es meterlos y sacarlos, comenta".


Así, podrá hacerse un curioso recorrido al globo terráqueo a través de estos pequeños suovenirs, así mientras lo prepara le da tiempo y de ir completando la colección, le faltan algunos como de China o Japón y no desaprovecha la ocasión, por si alguien se anime. "Sobre todo, que lo envíen a la Casa Rural Las Encantadas".

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