"Somos las víctimas expiatorias"

Los usuarios del autobús están hartos de la huelga y del coste que supone. Piden al Ayuntamiento que actúe y aumente los servicios mínimos.

Los zaragozanos esperaban ayer con resignación la llegada del bus en la plaza de Aragón.
Los zaragozanos esperaban ayer con resignación la llegada del bus en la plaza de Aragón.
Raquel Labodía

Da igual acercarse por la mañana o por la tarde: las paradas de autobús zaragozanas están siempre llenas de usuarios que esperan con una mezcla de ira y resignación ante una huelga interminable. En el apeadero frente al centro médico Ramón y Cajal, en el paseo de María Agustín, Mercedes Fernández afirma que percibe "cada vez peor" los paros. "El perjudicado y mucho es el ciudadano. Nos tienen como si fuéramos las víctimas expiatorias", señala Fernández.


En ese mismo punto espera Consuelo Miana, que califica de "inconcebible" la larga duración del conflicto. "El alcalde debería coger el autobús en vez de reírse con lo que se ahorra", critica enfadada. Esta trabajadora destaca el coste en "tiempo y dinero" que supone. "Como tengas médico en el horario de huelga, no llegas", resume.


Junto a ellas aguarda Moisés Hernández. Aunque usa el bus desde hace poco, ahora se ve obligado a cogerlo para buscar trabajo. "No sé de quién es la culpa, pero el Ayuntamiento debería poner una solución", apunta. Alberto Gutiérrez y su hermana Mercedes también esperan en el paseo de María Agustín. Su preocupación va por gente como su padre, "personas mayores cuyo desplazamiento es más complicado", explica Alberto. Ambos consideran que deberían ampliarse los servicios mínimos, aunque ironizan con que al final la gente se "habituará" a convivir con los paros.


En la parada del paseo de Sagasta frente al cine Elíseos, una mujer expresaba su incredulidad al enterarse por la radio de que la huelga continuaba. En ese mismo punto, José Luis Garcés señalaba la "impotencia" de la situación para los usuarios. "Esto se pasa de castaño oscuro, no se puede aguantar. Todos tienen su parte de culpa", destacaba Garcés.


En la parada de la plaza de Aragón, se repite la ira. María Ascensión Catalán considera una "vergüenza" la eterna huelga y cree que todos deben "arrimar el hombro" en vez de perpetuar el conflicto. Mercedes Laura, a su lado, apuesta por medidas más osadas. Laura pide que se "militaricen" los autobuses. "No es la primera vez que se hace, iba un policía dentro del bus y no pasaba nada", resume.

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