La Audiencia de Zaragoza ha condenado a Carmelo Romero Navarro a dos años y medio de cárcel y al pago de 643.000 euros a la cooperativa Virgen de la Oliva de Ejea como autor de un delito de alzamiento de bienes. El tribunal reconoce así que el exadministrador de Producciones Pecuarias S. L. –dedicada a la cría y engorde de cerdos, así como a la producción de piensos– desvió fondos a varias sociedades de su grupo empresarial para no hacer frente a la deuda millonaria que arrastraba con la cooperativa.

Según recoge la sentencia, en agosto de 2011, la cooperativa nombró un nuevo presidente y este decidió reclamar al ganadero el pago de los 1.037.597 que adeudaba. Esta circunstancia, unida a la notable subida del precio del cereal –que se duplicó– acabaron abocando al empresario a solicitar el concurso de acreedores.

Sin embargo, antes de hacerlo, tomó la decisión de vender toda su cabaña de cerdos, lo que le reportó unos ingresos de 1,2 millones. Según el tribunal, parte de ese dinero se utilizó para saldar algún impago, pero 907.795 euros se ingresaron en las cuentas de Producciones Pecuarias S. L. Y desde allí, 643.000 euros se transfirieron después a sociedades de las que el ahora condenado era "administrador y dueño". La operación se hizo, además, a sabiendas de que un juzgado de Ejea había prohibido movilizar ese capital.

La cooperativa acusaba también al empresario de un delito continuado de estafa, pero no aprecian los magistrados en él voluntad de engaño como para condenarle por este delito. Principalmente, porque, en varias ocasiones, el ganadero ofreció a los gestores de la cooperativa una serie de bienes y fincas para intentar saldar su deuda.

Por estos hechos se juzgó también a la esposa del empresario, ya que esta era la administradora de la sociedad cuando se produjeron los hechos. Pero el tribunal la ha absuelto porque considera probado que las decisiones las adoptaba siempre su esposo.