Los músicos callejeros pagarán una tasa anual tras años de hacer la vista gorda

Los músicos callejeros de Zaragoza llevan disfrutando desde hace años de cierta permisividad a la hora de mostrar su talento en las plazas, paseos y esquinas de la ciudad. Aunque la actual normativa regula la actividad de quienes sacan los instrumentos a la vía pública, sólo se viene aplicando en fechas señaladas como las fiestas del Pilar, mientras que el resto del año los agentes de policía hacen la vista gorda (dentro de unos límites).

Las cosas, reconocen fuentes del Ayuntamiento, van a cambiar de la mano del nuevo decreto que está preparando el Gobierno municipal (de Zaragoza en Común) y cuyo texto va a facilitar al resto de grupos en el Consistorio "en dos o tres semanas" para valorarlo de manera conjunta y aprobarlo con un mínimo consenso. Pero está claro que los artistas deberán abonar una tasa cuyo montante aún no se precisa.

Hasta ahora, los músicos -muchos de ellos estudiantes o personas que buscan redondear sus ingresos a final de mes- no pagaban canon alguno por poner música a la ciudad. Desde el área de Servicios Públicos se asegura que "se venía haciendo la vista gorda ya que apenas se recibían dos o tres solicitudes al año. Siempre que no se moleste, se permite tocar sin requerir contraprestación alguna". Aunque, en realidad, sí tiene un precio, cercano a los 80 euros.

Lo que no se ha planteado en el seno del Ayuntamiento es la posibilidad de que los músicos callejeros pasen un examen, un planteamiento que se empezó a aplicar en Madrid pero que ya se ha desechado. Aunque el concejal de Servicios Púbicos, Alberto Cubero, sí explicó en la última comisión del ramo que deberán "cumplir con unos requisitos musicales".

Músicos profesionales

Buena parte de los músicos callejeros de la capital aragonesa proceden de una cantera de primer orden: el Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza. Grupos de alumnos de los últimos cursos se organizan para amenizar los paseos de los viernes y fines de semana, cuando sus estudios les dejan un rato libre y más público pueden tener.

"Son chicos muy preparados, camino de ser profesionales, que sobre todo tocan instrumentos de viento y cuerda. Tienen un muy buen nivel técnico y experiencia en bandas pequeñas que lo único que buscan es ganar experiencia al tocar delante de la gente", apunta Francisco Balsera, secretario del centro formativo.

Las normas

A falta de saber a cuánto ascenderá la licencia anual para los artistas de calle, el Ayuntamiento sí ha deslizado esta semana otras claves del decreto que regulará la actividad. Marcará 40 puntos en el mapa en los que se podrá hacer música en unos horarios y con unas pausas definidas de antemano.

Es previsible que, como hasta ahora, haya momentos del año en que las reglas cambien. Es el caso de las fiestas del Pilar, en las que, hasta ahora, el músico tenía que desembolsar en torno a cien euros para conseguir el permiso.

Las que quedarán excluidas son las charangas. Los espacios que plantea el decreto son, en todo caso, estáticos, y según expresó Cubero las charangas que inundan cada sábado el centro de la ciudad "no tienen cabida y quedarían excluidas".