Una vecina de Ejea, a punto de tener 140 biznietos
En 1971, HERALDO dedicó un artículo a la zaragozana con más descendientes de todo Aragón.
HERALDO dedicó en 1971 un artículo a la que, posiblemente, era la zaragozana con más descendencia de todo Aragón, a tan solo unos días de que naciera su biznieto número 140. El reportaje lo firma J. J. Benítez, entonces becario de Heraldo de Aragón, hoy afamado periodista y escritor, conocido por sus trabajos en investigación y divulgación del fenómeno OVNI y su saga de novelas Caballo de Troya.
"Doña Tomasa Llamallada se convertirá dentro de unos días en tatarabuela.
A sus ciento dos años le viven nueve hijos, treinta y cuatro nietos y ciento treinta y nueve biznietos
¿Qué he hecho para vivir tantos años?: Trabajar poco, laminear mucho y pensar bien".
La zaragozana con más descendencia en la actualidad trabajó hasta los 90 años y ahora se entretiene cosiendo.
Tomasa la taustana es punto y aparte. Doña Tomasa Lamallada -aunque, como digo, todo el mundo en las Cinco Villas la conoce como la taustana -ha batido, creo, el récord actual de descendencia en Zaragoza.
A sus ciento dos años, doña Tomasa está a punto de ser tatarabuela. Pero esto no es todo. Allí, en Ejea de las Caballeros, le nacieron a la taustana nueve hijos. Estos a su vez, le proporcionaron treinta y cuatro nietos y, por último, doña Tomasa ha tenido el gozo de llegar a ver a su alrededor ciento treinta y nueve biznietos, nada más y nada menos. Pero -y ya en el colmo de las glorias- doña Tomasa está a punto de ver nacer a un hijo de uno de sus biznietos. -Es cuestión de días- explicó sonriente doña Vicenta Zarralanga, hija y ángel de la guarda de doña Tomasa.
[ ]Su buena chulla de jamón
Nadie diría que doña Tomasa tiene ciento dos años. Es cierto que le falla el oído un tanto así, pero nada más.
-Hace unos minutos- explica su hija, doña Vicenta- se estaba comiendo su buena chulla de jamón. ¡Ah!, si la dejásemos hacer todo lo que le gusta y quiere.
[ ]La venta del Porro
-¿Dónde nació?
-En la venta del Porro, junto al camino de Remolinos.
La memoria de doña Tomasa es también exuberante. No duda y, apenas oída la pregunta, se apresura a contestar. Detrás de ella, doña Vicenta asiente con la cabeza.
-Doña Tomasa, ¿tiene todavía alguna ilusión?
La buena mujer se me queda mirando y afirma casi enfadada:
-Ya lo creo que tengo ilusiones. Mira, hijo, la más grande es que se casen los dos únicos nietos que aún permanecen solteros. Los treinta y dos restantes lo han hecho ya y tienen muchos hijos. El que menos, tres. Y el que más, quince.
Poco después doña Vicenta y un nieto de la taustana sacaban cuentas a fin de averiguar el número aproximado de biznietos. Tras muchas sumas, doña Vicenta se plantó en los ciento treinta y nueve. Y puede que aún se dejarán alguno."Los crié con las buenas voluntades"
-¿Y cómo hizo para sacar adelante tanta boca, doña Tomasa?
-A mis hijos los crie con las buenas voluntades. Porque has de saber, muchacho, que a la taustana la ha querido y quiere todo el mundo. Por ejemplo, si quieres cualquier dato sobre mi historia, te vas a ver a don José Pallares, el señor alcalde, y él te dará fe de mis palabras. Pero, ¡cuánto dirá este hombre que hablo...!
[ ]Se entretiene cosiendo
-Ha trabajado hasta los noventa años y ahora se entretiene cosiendo. Aquí pasa el día, metida de lleno en sus labores. Si por ella fuera se levantaría a las siete de la mañana, pero tengo que pelearme para que aguante en la cama hasta las nueve.
Una buena propina a la Santera
-Oiga, abuela, ¿y qué ha hecho usted para vivir tantos años? Doña Tomasa hace una cruz con los dedos y, después de besarla, responde con mucha guasa:
Trabajar poco, laminear mucho y pensar bien. ¿Sabes, hijo, qué quiero hacer ahora? Bajaré a la iglesia y le daré una buena propina a la santera para que toque fuerte las campanas. Y dirán una misa únicamente por las almas del purgatorio. [
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-¡Ay, se me va la cabeza de tanto rezar y pedir...! Son tantos hijos, nietos y biznietos que siempre me olvido de alguno.
Doña Tomasa llegó a Ejea cuando la población apenas contaba cuatro mil almas. Y llegó en carro, porque, claro, en aquellas fechas aún quedaba lo suyo hasta que el ferrocarril entrase en acción. Pero la taustana lo vio, allá, a primeros de siglo. Y ha visto también la televisión y la capital. Y aunque lo suyo fue siempre el trabajo duro e ininterrumpido tuvo y tiene sus diversiones.Las faldas de las jovencitas
-Oiga, ¿y qué es lo que más le asombra de este mundo de hoy?
-Las faldas de las jovencitas. Lo enseñan todo.
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La bisabuela de Aragón bien merece un sincero y entrañable homenaje".
J. J. Benítez
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(Recopilado por Elena de la Riva y Mapi Rodríguez. Documentación de Heraldo de Aragón. Vea todas las noticias recopiladas en Hemeroteca)