Un decreto de Zaragoza en Común impedirá a las charangas tocar en la calle

Se van a establecer 40 puntos fijos para los músicos callejeros, que deberán pagar una tasa.

Guillermo Mestre
Guillermo Mestre
Una despedida de soltera con charanga el pasado mes de septiembre en la plaza de San Felipe

La charanga, un elemento ya habitual en el ecosistema sabatino del Casco Histórico de Zaragoza, tiene los días contados. El Gobierno municipal está ultimando un decreto mediante el cual regulará las actividades musicales en la calle. Y las charangas, según el concejal de servicios públicos, Alberto Cubero, quedarán "excluidas" al no ajustarse su filosofía a los parámetros de la nueva normativa. El futuro texto apuesta por establecer una serie de espacios fijos en los que prevalecerán las actuaciones estáticas sobre las itinerantes.


A lo largo de los últimos años se ha popularizado la contratación de charangas para la celebración de despedidas de soltero (y aún más de soltera). Lo habitual es que las murgas acompañen durante unas horas al grupo de amigos por el centro de la ciudad, de bar en bar, mientras van entrando en calor antes de la cena. El hecho de que cada sábado coincidan varios grupos y la práctica no sea algo excepcional, sino sostenida en el tiempo, ha generado molestias entre los vecinos -que se quejan del ruido- y ha abierto el debate en el Ayuntamiento, sobre todo porque no existe regulación alguna y las bandas se han quedado en una situación alegal.


El futuro decreto plantea la creación de 40 puntos fijos en la capital aragonesa en los que los músicos callejeros podrán desarrollar su actividad siempre que se queden en su sitio. Deberán abonar por ello una tasa y "cumplir con unos requisitos musicales", indicó Cubero este lunes en la comisión de Servicios Públicos después de ser preguntado acerca de este tema por Elena Martínez, portavoz de Ciudadanos.


El Consistorio publicará también un horario al que se tendrán que ajustar las actuaciones en la vía pública y fijará asimismo unos "paréntesis entre actuaciones" para que los músicos no estén continuamente acaparando la banda sonora de cada uno de esos 40 rincones de la ciudad.


En este nuevo contexto no tienen cabida las charangas que tanto han dado que hablar a lo largo de los últimos años. Negocio para unos, molestia para otros e indiferencia para quienes no lidian con ellas cada fin de semana, parece que el debate se zanjará por la vía rápida. Cubero hizo hincapié en que el nuevo modelo será "fijo" y que con él "se podrá tocar música en un punto determinado de una calle, por lo tanto eso excluye la filosofía de las charangas que es ir dando vueltas por la ciudad generando ruido". Clásicos atemporales como 'Tírate de la moto' o 'Alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos...' dejarán de atronar en el corazón de la capital aragonesa.


El Consistorio facilitará el borrador del decreto -aún en fase de redacción- a los grupos municipales y se reunirá con ellos antes de aprobarlo para que puedan hacer las aportaciones que estimen oportunas.


Los músicos, expectantes


Los grupos musicales se muestran expectantes ante el desarrollo de la normativa, aunque consideran que los ingresos que les proporcionan las despedidas de soltero son mínimos dentro del cómputo global de su trabajo. "Si se puede tocar, tocaremos; y si no nos dejan, pues no tocaremos. El 90% de nuestro trabajo lo desarrollamos entre junio y septiembre en los pueblos de Aragón y de otras provincias", asegura Alejandro Cabeza, de la charanga Aires del Huerva.


Los grupos municipales aguardan el borrador


Elena Martínez, de Ciudadanos, se muestra "cauta" a la espera de que se apruebe el decreto y de "conocer cuál será la tasa que se cobrará a los músicos". En cuanto al debate de las charangas, Martínez recuerda que "en otras ciudades, como Logroño, ya se han prohibido" y que "lo importante es que los vecinos, que no han dejado de transmitir sus quejas, no sufran molestias ni ruidos".


Desde el PP se recuerda que ellos llevan "meses reclamando la intervención del Gobierno en uno de los problemas que afectan al descanso de los vecinos" y que "ya en septiembre se debatió este asunto a propuesta del PP". Desde el grupo popular "se apuesta por regular la situación" y que el problema "se aborde por parte de todos los grupos y se abra un proceso para aportar ideas". "Las posibilidades -añaden fuentes populares- son muchas: desde prohibirlas como en Logroño hasta delimitar horarios y recorridos, fijar un número máximo de charangas... contando, eso sí, con la opinión de los vecinos".


Leticia Crespo, portavoz de Chunta, considera "positivo que se regule de alguna manera" el fenómeno, aunque antes de valorar el futuro decreto quiere esperar a leer el borrador.


Por su parte, el grupo municipal socialista insta a ZEC a que "haya coherencia a la hora de ceder espacios públicos, como es el caso de las charangas, para que todo el mundo sepa desde un primer momento a qué atenerse".

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