ha explicado que el casco urbano no está amenazado por el cauce, pero que como siempre que se produce una crecida,
, cerca de 40 hectáreas, que todavía no se habían secado del todo desde la crecida de hace quince días.
No se prevén más afecciones que las causadas a algunos cultivos en un municipio que ya está "medio acostumbrado" a vivir episodios de esta naturaleza.
Aguas abajo,
en Fuentes de Ebro, la situación también está tranquila, en una población cuyo casco urbano está a unos pocos kilómetros del río y en el que los problemas se producen en los campos.
Según la alcaldesa, María Pilar Palacín, no hay constancia de que se hayan roto motas ni que existan "mayores problemas".
Tampoco refieren problemas desde el ayuntamiento de
Pina de Ebro, pero un poco más abajo, en
Quinto de Ebro, miran de reojo la mota de esta localidad, que es provisional porque se construyó en diciembre en sustitución de la que arrasó la riada de febrero del año pasado.
El alcalde de Quinto, Jesús Morales, ha dicho que
el cauce ya está estabilizado a su paso por el municipio, y que ahora se vive "relativa calma", aunque están "expectantes" por cómo se pueda comportar esta mota de Pina.
De momento, parece "sujeta" y es previsible que aguante la altura del agua, pero si se rompe por la presión podría anegar la huerta de Quinto.