La Fiscalía pide cárcel y la inhabilitación como maestro del 'voyeur' del Calasanz

La Policía halló en su casa archivos con grabaciones de menores y mujeres hechas con cámara oculta en aseos y vestuarios.

El acusado acudió al juicio con una bufanda y una gorra que apenas permitían identificarle.
El acusado acudió al juicio con una bufanda y una gorra que apenas permitían identificarle.
Asier Alcorta

Hace ahora casi dos años, la secretaria del colegio Escolapias Calasanz de Zaragoza se llevó una tremenda sorpresa al toparse con una pequeña cámara oculta bajo el lavabo de uno de los aseos de profesores. Junto al dispositivo halló también un ‘pendrive’ (memoria externa de ordenador) que resultó contener tres grabaciones. Lo que no podía imaginar la trabajadora es que en una ellas aparecía ella misma sentada en el inodoro. Horrorizada, decidió informar enseguida del hallazgo a la directora del centro, que puso el asunto en manos de la Policía Nacional. Como resultado de sus pesquisas, uno de los maestros de Primaria, M. A. P., acabó ayer sentado en el banquillo de la Audiencia de Zaragoza.


La Fiscalía acusa al profesor de un delito continuado contra la intimidad y solicita una condena de tres años y medio de cárcel.Como medida accesoria, propone su inhabilitación para trabajar con menores, ya que al registrar su casa encontraron otras grabaciones y en dos aparecían menores cambiándose de ropa en los vestuarios. Pese a ello, como la contraseña impidió al Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía visionar estos archivos en el laboratorio de Madrid, la acusación pública decidió retirar el delito de corrupción de menores que inicialmente le atribuía.


El acusado, que llevaba muchos años trabajando como docente en el colegio ubicado en la calle del Teniente Coronel Valenzuela, decidió ayer guardar silencio. Sin embargo, uno de los agentes que participaron en la investigación recordó que el propio maestro reconoció ser el dueño de la cámara que se halló bajo el lavabo. "Habíamos estado examinando el baño y ya nos íbamos cuando vimos entrar a esta persona. Nos llamó la atención su actitud esquiva, por lo que decidimos ir tras él y preguntarle qué hacía.Al final, confesó que se había dejado allí una cámara, por lo que procedimos a su detención", declaró este funcionario.


Con la preceptiva autorización judicial, los investigadores accedieron al domicilio de este hombre e intervinieron un ordenador, un disco duro y sendas tarjetas de memoria. "Algunos archivos habían sido borrados, pero logramos recuperarlos", explicó uno de los policías. Al visionar los archivos, se comprobó que la mayoría eran grabaciones con cámara ocultas hechas en los aseos del colegio. De hecho, en varios de ellos se encontró la masilla azul con la que supuestamente el acusado sujetaba la cámara al lavabo. Es más, la Policía Científica logró extraer huellas de este adhesivo.

Dos compañeras le perdonan

La secretaria que encontró la cámara terminó su declaración perdonando al acusado. También lo hizo, pero "solo a título personal", la directora del centro. "Vino a disculparse y le perdoné, pero como responsable del colegio quiero que todo esto se aclare", declaró.


Según la psicóloga a la que la defensa encargó un informe, el docente padece voyeurismo, "un trastorno de personalidad que se encuadra dentro de las parafilias que si bien no anula su voluntad la condiciona". "Por lo demás, está perfectamente socializado y su mujer le define como un gran padre y un gran marido", añadió.

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