La cafetería San Siro cambia sin perder la esencia

La modernización de la cafetería se presenta en una fiesta inaugural y mañana abrirá al público con una propuesta gastronómica actualizada

Magín Tomás, José Manuel Elías, Víctor Lasheras, María Bonel, David Jiménez y José Luis Tello, detrás de la barra del nuevo San Siro. asier alcorta
Magín Tomás, José Manuel Elías, Víctor Lasheras, María Bonel, David Jiménez y José Luis Tello, detrás de la barra del nuevo San Siro. asier alcorta
Asier Alcorta

La cafetería San Siro (Joaquín Costa, 3), un clásico de la hostelería zaragozana, cambia de rumbo pero sin perder la esencia. Cerró sus puertas el 24 de enero para acometer una reforma integral y las vuelve a abrir al público este jueves. Pero el pistoletazo de salida se dio con sendas fiestas inaugurales -el martes, para los más íntimos, y el miércoles, para todos los clientes-, en las que se conocieron las principales novedades.


La primera es que ha cambiado la dirección. De los tres socios que han trabajado los últimos años, Antonio Valenciano, Jesús Bernad y José Manuel Elías, tan solo José Manuel continúa en el negocio, al que se incorpora la savia nueva de Víctor Lasheras. Todos participaron de la puesta de largo, y Antonio y Jesús, especialmente emocionados: "Ha sido nuestra casa durante mucho tiempo –comentaron–, donde hemos hecho muy buenos amigos".


Los dos se mostraron encantados con el lavado de cara realizado en la cafetería por el decorador Diego Latorre. "Ha quedado más luminosa y moderna, pero sin perder la personalidad de San Siro", sobre todo su generosa barra, que es la que menos ha cambiado. En el interior destacan los tonos claros, el suelo de tarima y otros pequeños detalles que dan sensación de amplitud y calidez. Víctor Lasheras estaba especialmente satisfecho de la gran cristalera que da a la calle. "Entra más luz y desde fuera se ve mucho más el interior", comentaba entre sus invitados.


Sin embargo, hay cosas que seguirán igual. Por ejemplo, se mantienen sus famosas empanadillas, como alguna que otra tapa clásica, lo que no quiere decir la propuesta gastronómica vaya a ser la misma. "Apostamos por una cocina actualizada, potenciando más la idea del vermú largo que perfectamente puede sustituir a la comida; raciones y, sobre todo, sugerencias con lo mejor que cada día ofrezca el mercado", explicó Víctor.


El picoteo que se ofreció fue un buen ejemplo: erizos con muselina al gratén, tataki con alga wakame y salsa de soja, albóndigas de ternasco con curry y salsa de boletus, canutillos de morcilla al pacharán… Tampoco faltó el jamón y otras tapas de las que disfrutaron más de 70 invitados.


Asistieron familiares de los protagonistas del nuevo proyecto, como los hermanos y empresarios hosteleros Antonio y Chema Lasheras. Pero, sobre todo, clientes de toda la vida. Muy animadamente charlaron el Justicia Fernando García Vicente y el empresario Jesús Morte. El primero recordó cómo ya acudía a San Siro al salir de la facultad "y lo sigo haciendo porque es un lugar donde se vende ilusión". A su lado, Jesús Morte felicitó a los empresarios que han apostado por la renovación de un establecimiento veterano "que tantas alegrías nos ha dado; además, no ha sido un cambio radical, lo han hecho muy bien".


También se dejaron ver el abogado Fernando Lacasa; los políticos Eloy Suárez y Arturo Aliaga; el empresario Jorge Villarroya; Teresa Fernández, de Ibercaja, y Teresa Ruiz, del Santander; Alfonso Sesé; el periodista Ángel de Uña; Félix Longás, de La Zaragozana, o el notario Honorio Romero.


Este último expresó una sensación que se repitió durante toda la velada: "La cafetería ha mantenido las formas y el estilo; ha conservado lo esencial y ha cambiado lo accidental". Además, el notario manifestó un deseo: "Tras este rejuvenecimiento, a ver si ahora también nos toca a los clientes". A su lado, Félix Longás valoró que la transformación se ha hecho "con mucho gusto y de lo que estoy convencido es que el servicio y la propuesta gastronómica serán tan buenos como siempre".


Del nuevo diseño llamó especialmente la atención la terraza. Desaparecen la publicidad y el color rojo del mobiliario y se apuesta por tonos crema contrastando con el negro de la estructura. "Lo que es seguro es que sus 14 mesas seguirán siendo la joya de la casa", comentó José Manuel Elías, encantado con el nuevo rumbo de San Siro y tan ilusionado como cuando empezó su andadura.

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