Los conejos dañan decenas de hectáreas de cereal y frutales en toda la provincia

Municipios como Épila, Zuera, Magallón, Pedrola o La Almolda han tomado medidas para paliar la plaga.

Los conejos han pelado la parte inferior de los troncos de los frutales en una finca de Épila.
Los conejos han pelado la parte inferior de los troncos de los frutales en una finca de Épila.
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Los conejos dañan decenas de cultivos y frutales en municipios como Magallón, Zuera, Épila, La Almolda o Pedrola. Esto ha obligado tanto a los ayuntamientos como a las sociedades de cazadores a tomar medidas para tratar de diezmar la población de esta especie que deja como principales afectados a los agricultores.


Los permisos para cazar con hurones o la liberalización total de los días de captura de conejos son algunas de las soluciones planteadas ante una situación que, en algunos casos, ha acabado en los juzgados. Es lo que ocurrió, por ejemplo, en Zuera. La batalla judicial por este asunto y los elevados pagos por las indemnizaciones a los agricultores hicieron que la sociedad de cazadores acabara en liquidación. Por eso, desde el pasado junio, el Ayuntamiento zufariense trabaja para municipalizar el coto. "Lo primero que tenemos que hacer es resolver el contrato previo con la sociedad porque son los que tenían los derechos cinegéticos", concreta el alcalde, Luis Zubieta. Mientras tanto, los aficionados a este deporte están cazando con permisos especiales y se ha permitido que se pueda cazar esta especie todos los días.


En La Almolda, en la comarca de Monegros, tienen "un problema serio" con los conejos, según explica el alcalde, Manuel Lamenca. De las 13.800 hectáreas de superficie que tiene el término municipal, hay unos 18 kilómetros en línea recta afectados por la AP-2, las vías del AVE y el canal de Monegros. "Las vallas de protección y la prohibición de cazar en estas zonas hacen que los conejos proliferen y sigan extendiéndose", añade el regidor, que asegura que este es un tema "muy sensible" para el que tratan de buscar soluciones.

Los agricultores afectados

José Antonio García es un agricultor de Épila, en la comarca de Valdejalón, cuyos manzanos se han visto afectados por la plaga de conejos. En su finca ubicada junto a la autovía A-2 hay unos 2.000 árboles, de los que ha habido unos 250 troncos dañados. "Los conejos han pelado la corteza de árboles de unos cuatro años que estaban en plena producción. La savia sube por la corteza y si está dañada, los árboles se secarán en unos meses", explica este agricultor. No es la primera vez que se ve afectado, aunque asegura que nunca tanto. Los peritos tendrán que valorar ahora los daños y él ya ha comunicado tanto al Ayuntamiento como a la sociedad de cazadores las afecciones que ha sufrido.


El presidente del coto de caza de Épila, Ricardo Torrijos, asegura que han llegado a pagar más de 30.000 euros en un año por afecciones a los agricultores. Este dice que uno de los problemas es que estos conejos no son de raza autóctona, sino de otra que tiene muchas más crías y se reproduce más veces al año. Entre las medidas que ha tomado el coto para intentar paliar el problema está la de ampliar los días de caza. El alcalde de Épila, Jesús Bazán, añade que antes los problemas se centraban en la zona de secano, pero que ya han llegado a la huerta y eso dificulta su captura.


En Pedrola, según indica su alcalde, Felipe Ejido, que también es presidente de la comarca Ribera Alta del Ebro, este problema está "muy extendido" porque "tenemos mucho monte". Allí conviven desde hace tiempo con los conejos: "El año pasado se llegó a un acuerdo entre cazadores y agricultores. Los damnificados daban parte al Ayuntamiento y , si era posible, se soltaban hurones en las fincas".


El responsable municipal de Magallón, Víctor Chueca, pone de manifiesto que la problemática "ha ido en aumento en los últimos meses", provocando daños en el cereal y en las nuevas plantaciones. Para tratar de paliar la situación, el Ayuntamiento y el servicio provincial de Desarrollo Rural y Sostenibilidad de la DGA van a desarrollar "diferentes actuaciones", a través de los fondos de mejora de montes, que se han coordinado con la sociedad de cazadores y los agentes forestales, señala el alcalde.


En este sentido, destaca algunas de las posibilidades que se prevé poner en marcha, como la destrucción de macro-madrigueras, la instalación de infraestructuras que permitan el desarrollo de las aves rapaces y la limpieza y desbroce de forma manual para hacer accesibles distintas zonas. "Hay que dar una solución a los agricultores afectados", menciona.

Por su parte, el gerente de la cooperativa Santo Cristo de Magallón, Juan Carlos Palacios, resume las incidencias que están provocando, "sobre todo en el cultivo de cereal, pero también en uva y plantaciones jóvenes de almendro y olivos". Para luchar contra la plaga "debemos proteger las plantas leñosas con plásticos altos. Algo que era más o menos habitual antes, ahora es imprescindible".


José Luis Rosel, agricultor de Calatorao y perito, ha inspeccionado numerosas fincas afectadas por la acción de los conejos y, en su opinión, "es un problema de difícil solución". Para conocer el alcance dañino de la presencia de estos animales, realizó un ensayo: "El resultado fue muy impactante, porque se podía ver cómo en la pequeña jaula que instalé en la parcela creció el cereal, mientras que el resto del campo quedó completamente arrasado".

Normativa

Alberto Fernández-Arias, jefe de servicio de Caza, Pesca y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, reconoce que "hay zonas con abundancia de conejos y, en determinados años, sobre todo los más secos, provocan daños a la agricultura". Para tratar de frenar su incidencia, se han ido poniendo en marcha distintas normas, recogidas en el Plan General de Caza de Aragón.


"Facilitamos -explica- la regulación de las poblaciones de conejo mediante la caza, con acciones tanto en terrenos cinegéticos como en los que no lo son".

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