El éxito de los espacios híbridos en la ciudad

Tiendas y peluquerías que exhiben arte o cafés que venden flores, se multiplican los negocios multidisciplinares.

Creatividad, emprendimiento y fusión de conceptos se dan la mano en la tendencia comercial que ha calado fuertemente en Zaragoza en los últimos años, con la apertura de numerosos espacios híbridos. Peluquerías en las que se presentan libros, cafés-floristerías o tiendas que exhiben arte, hablan de una vocación innovadora por ofrecer diversidad de alicientes en un mismo espacio.


La reestructuración del tejido económico impuesto por la crisis y el surgimiento de una nueva generación de emprendedores creativos en la ciudad ha multiplicado estos modelos, muy extendidos en grandes ciudades europeas como Berlín, París, Madrid o Barcelona. En muchas de estas tiendas 'chic' tenía puesto el ojo Esther Pérez, que hace un año se decidió y puso en marcha junto con su marido, Miguel A. Martínez, el proyecto Trad Market, en Calle Las Vírgenes, un atractivo espacio en el que además de ropa muy seleccionada se encuentran líneas de complementos diseñados por ellos mismos, regalos especiales y libros de fotografía e ilustración. Tienen un espacio para microexposiciones y organizan eventos y presentaciones de libros. "El espacio causa un efecto sorpresa en los clientes, y eso es lo que buscábamos, no queríamos hacer algo convencional, queríamos ofrecer algo acogedor y diferente", apunta Esther, quien explica que frecuentemente se colabora con otros creativos de la zona en la dinamización de los espacios.


En esencia, los espacios híbridos surgieron a partir de las cafeterías, como los cafés-librerías, aunque poco a poco se fueron desarrollando otras propuestas multidisciplinares que generalmente tienen un vector comercial principal. El Café Botánico, en la calle Santiago, fue uno de los primeros establecimientos de la ciudad en sumarse a esta tendencia ofertando un espacio cálido, de cuidada estética y con la singularidad de la floristería en el mismo espacio.Economía cultural y colaborativa

"Ha habido gente que tenía pequeñas tiendas y con la crisis se han tenido que reinventar, hacer nuevas apuestas y remodelar locales", explica Milagros Arrebola, coordinadora de Made in Zaragoza, red de economía creativa que ha visto cómo en los últimos años se han sumado al colectivo este tipo de negocios. "Es un concepto muy vinculado a la economía cultural y colaborativa, y las mezclas son de todo tipo", dice Arrebola.


La sensibilidad cultural es lo que llevó a Canalla Shop a ofrecer a su clientela algo más que una tienda de zapatillas, dentro de un concepto también innovador en la ciudad. "Cuando se abrió Canalla hace tres años el tema de las 'snikers' no estaba muy extendida en Zaragoza, pero se quería ofrecer algo más", comentan en la tienda y, con la vocación por apoyar a jóvenes artistas aragoneses, se creó un rincón expositivo en el acuarelas, ilustraciones y cuadros conviven con los últimos modelos en zapatillas, en concreto estos días con las creaciones del artista Sergio Muro. El propio espacio artístico sirve por sí mismo de reclamo para una clientela no definida porque, "aunque parezca mentira, en Canalla no tenemos un público concreto, aquí vienen desde adolescentes con sus padres a personas mayores que buscan unas zapatillas cómodas".


Muy activa es también Paula Durán, de PaulaDuran House of Beauty donde conviven los servicios de peluquería, estética, venta de tocados y ropa 'vintage'. También cuenta con un rincón dedicado a la exposición itinerante de ilustradores locales, y una apretada agenda con dj sets, mercadillos, 'beauty parties' o talleres de belleza.


Una remodelación de varios negocios familiares y del local en el que se encuentran es lo que llevó a definirse la última de estas apuestas que ofrecen en la ciudad, el Coworking MS31 (en Madre Sacramento 31, lo que le da nombre), un gran espacio con cuatro pilares complementarios: tienda de enmarcación y la galería de arte Antonio Puyó, y en un espacio superior el espacio de Coworking y el departamento de arquitectura efímera SIAPUNTO. "Vimos que era la manera de amortizar un espacio tan grande y de dar servicios complementarios", dice Patricia Rodrigo Puyó, promotora junto a su hermano José Antonio Rodrigo Puyó, de un espacio diseñado en su totalidad por ellos mismos, con muebles a partir de material reciclado y donde abunda el componente artístico.


"Surgen sinergias entre el mundo de la arquitectura, el arte y de la gente que está alquilada en el coworking, donde hay profesionales del mundo del diseño, la arquitectura las ingenierías y el arte".

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