Pipo, el perro atacado en la City, se recupera poco a poco

Aunque la Policía Local lo dio por muerto, el animal ingresó en estado de shock en una clínica veterinaria de urgencias.

Pipo continúa ingresado en la clínica veterinaria
Pipo continúa ingresado en la clínica veterinaria
Protectora ADALA

Pipo, el perro atacado este domingo en la Ciudad Universitaria, está vivo, aunque sigue paralizado como consecuencia del incidente. Al parecer, el animal entró en estado de shock tras ser zarandeado por otro perro de mayor tamaño en las inmediaciones del recinto para perros del campus de la plaza San Francisco.


Tras el ataque, Pipo se quedó rígido y no respondía a ningún estímulo, por eso varios testigos presenciales y vecinos dieron por muerto al perro, un mestizo de Yorkshire de 3,5 kilos de peso. La Policía Local fue alertada de que "un perro había matado a otro" y cuando la patrulla correspondiente llegó al lugar de los hechos, Pipo ya no estaba porque había sido trasladado por su cuidadora a una clínica de urgencias veterinarias de Zaragoza. Como consecuencia, la Policía Local también dio por muerto a Pipo en un primer momento. "Estaba totalmente quieto. Yo pensé que se me moría por el camino", aseguraba también este martes la cuidadora de Pipo a Heraldo.es. 


Sin embargo el animal llegó vivo a la Clínica de Urgencias Veterinarias de Zaragoza. El veterinario de Urgencias corroboró en el parte médico que Pipo llegó hipotérmico e hipotenso: "El paciente se encuentra en estado de shock y no responde a ningún estímulo", especifica en el parte.


Pasadas las horas Pipo empezó "a responder un poco" e incluso abrió "un poco los ojos" por lo que fue remitido al su centro veterinario habitual, el Consultorio Médico Sanantón. 


A día de hoy Pipo sigue presentando parálisis del tercio posterior e incapacidad de controlar los esfínteres. Además, presenta un hematoma hecho coágulo en la vejiga y líquido ascítico en el abdomen. Todavía no se puede descartar la compresión medular. 


"No fue una pelea"


Los cuidadores de los dos canes implicados en el altercado niegan que se tratase de una pelea de perros, aunque las versiones sobre lo sucedido varían. 


El propietario del perro atacante asegura que su animal estaba atado y que los tres perros de la otra cuidadora se acercaron corriendo al suyo. La cuidadora de Pipo asegura, sin embargo, que tanto el atacante como sus tres perros estaban sueltos fuera de la zona habilitada para la suelta de canes en la Universidad. 


Tanto la cuidadora como la protectora ADALA (propietaria real de Pipo) han interpuesto una denuncia contra el dueño del otro animal.

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