Condenan a dos hermanos por trata de seres humanos y prostitución

La Audiencia les impone 6 años y medio de cárcel a cada uno por prostituir en Zaragoza a chicas que captaban en Rumanía.

De los cuatro acusados juzgados, Arturo B. B. (de pie) y Milera O. G. (sentada), han sido absueltos.
De los cuatro acusados juzgados, Arturo B. B. (de pie) y Milera O. G. (sentada), han sido absueltos.
A. Navarro

La Audiencia de Zaragoza ha condenado a los hermanos Cornel y Marius Mihai a sendas penas de seis años y medio de prisión por un delito de trata de seres humanos y otro de prostitución coactiva. De lo que se les acusaba por parte de la Fiscalía era de captar chicas en Rumanía, su país de origen, para traerlas después a la capital aragonesa y obligarlas a prostituirse "mediante el empleo de la violencia y la intimidación". Por supuesto, apoderándose los procesados de los ingresos que a través de esta actividad conseguían las jóvenes.


La declaración de una de las víctimas y el testimonio de una testigo han sido fundamentales a la hora de considerar estos hechos probados. Sin embargo, la ausencia de evidencias consistentes ha obligado al tribunal a absolver a los hermanos de los delitos de detención ilegal, amenazas y maltrato que también se les atribuían.


Además de los ahora condenados, en el juicio celebrado el pasado día 11 de enero se sentaron en el banquillo Arturo B. B. y Mirela I. G., representados por los letrados José Luis Melguizo y Juan José Serra Peñafiel y a los que también se relacionaba con la trama supuestamente controlada por los hermanos Mihai. Uno y otra negaron estar a las órdenes de estos jóvenes o ejercer algún tipo de control sobre las chicas. Testimonios a los que los magistrados han dado suficiente credibilidad como para proceder a su absolución.


La Policía comenzó a investigar a estas cuatro personas en septiembre de 2014, después de que una de la víctimas, de solo 18 años, lograra escapar de la vigilancia a la que le sometían los hermanos y acudiera a comisaría a denunciar su pesadilla. Como explica ahora el tribunal en su sentencia, la joven fue captada para el negocio de los acusados el mismo día en que cumplió los 18 años. De hecho, Cornel entabló una relación sentimental con ella y la convenció para irse a vivir juntos. A los pocos días, bajo amenazas –hacia ella y su familia– la joven fue obligada a ejercer la prostitución.


"Abusando de una situación de superioridad o de necesidad o de vulnerabilidad de la chica, la captaron en Rumanía y la trasladaron hasta Zaragoza con la finalidad de explotarla sexualmente", señala el fallo.

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