“Me dijeron que mi hija murió en la Maternidad y hasta falsificaron mi edad”

Francisca Escudero pide al juez que el Registro anule la inscripción de la muerte.

Francisca Escudero, ayer, en el paseo de la Independencia, tras la vista judicial.
Francisca Escudero, ayer, en el paseo de la Independencia, tras la vista judicial.
José Miguel Marco

Francisca Escudero Fernández, una andaluza de 63 años, vivió a finales de la década de los 60 en Zaragoza, en la calle de San Blas. El 2 de abril de 1970, con 17 años y cuando estaba recién casada, dio a luz a su primera hija, pero a los seis días dieron por muerta a la niña en la Maternidad provincial. Todas las pruebas dicen lo contrario, porque no aparece enterrada en los cementerios y Escudero cree que pudieron cambiarle la identidad y venderla a una familia adoptiva. La mujer acudió ayer a una vista oral en el Juzgado de Primera Instancia 15 de Zaragoza para emprender un proceso de jurisdicción voluntaria y anular la inscripción de la muerte de la niña en el Registro Civil. El nacimiento y su fallecimiento se inscribieron a los seis días.

Joven y sola

La madre era primípara, joven y estaba sola (su marido estaba en el servicio militar), unas características comunes en los casos de niños robados. Al no haber cumplido los 18 años precisaba un permiso, pero en la Maternidad modificaron su fecha de nacimiento, de 1952 a 1951 y actuaron por libre. "Me dijeron que la niña había muerto a los seis días de nacer y hasta falsificaron mi edad. Me enseñaron un bebé amoratado tapado con una toquilla o sudario. No pude reconocerla y las monjas dijeron que se iban a hacer cargo de todo en el entierro", recuerda.


En los primeros cuatro días utilizó un sacaleches con una ventosa para poder alimentar a la niña, pero la Maternidad la envió a casa y dejó al bebé en una incubadora. "Tenía que ir tres veces por la mañana, a las 9, a las 12 y a las tres, para darle el pecho. No cogió más que unas gotas y la monja dijo que ya valía. A las 12.00 me dijeron que había muerto y sacaron un bebé amoratado encima de una mesa de mármol, pero tapado", detalla. "Y hasta hoy".


Francisca Escudero tuvo después dos hijos: uno en la Maternidad –aquella vez su marido estuvo con ella–, y otro en Tarragona, donde se trasladaron en 1974 y siguen residiendo. Cuando vio los casos que se destapaban de niños robados se sumó a las 27 denuncias a la Fiscalía de Zaragoza, aunque la suya fue archivada y le informaron de que el ginecólogo que la trató "había fallecido en 1991". "Ha habido una mentira, quiero que lo cambien en el Registro y encontrar a mi hija. Ni dinero, ni juicio", destaca Francisca Escudero, que ha viajado con toda su familia y fue asistida por la letrada Beatriz García.

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