Condenados una madre y su hijo por estafar a amigos con falsas inversiones

El tribunal impone casi 5 años de cárcel a la mujer y tres años y medio al joven.

María Antonia Sancho y su hijo Adolfo Alonso Sancho, en la Audiencia Provincial.
María Antonia Sancho y su hijo Adolfo Alonso Sancho, en la Audiencia Provincial.
Guillermo Mestre

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado a María Antonia Sancho Buñuel y a su hijo Adolfo Alonso Sancho como autores de un delito continuado de estafa del que fue víctima una familia con la que mantenían una buena de amistad. Esta relación fue utilizada para lograr el engaño, por lo que el tribunal agrava la pena. También la aumenta en relación a la acusada, ya que en su caso concurre además la agravante de reincidencia. De hecho, sobre ella pesan condenas firmes de 2007, 2008 y 2015. Ese último año fue juzgada en la Audiencia en tres ocasiones.


Todos los casos delictivos en los que se ha visto envuelta María Antonia Sancho y su hijo –también su marido, fallecido el año pasado– están relacionados con supuestas reventas de viviendas adquiridas en subastas y otras actividades financieras que ejercían a través de su sociedad Ebrocredit S. L.


La última sentencia considera probado que los acusados se aprovecharon de la amistad que Adolfo Alonso (y su novia) tenía desde 2004 con una pareja de su misma edad para proponerles invertir dinero en la empresa de sus padres. Esos importes irían destinados a comprar y vender pisos y obtendrían un interés mensual del 4%. Dada la buena relación –Adolfo Alonso y su novia fueron a la boda de sus amigos y ellos a la suya– aceptaron la propuesta.


La primera cantidad que les entregaron fueron 6.000 euros que habían obtenido por los regalos de boda. El contrato se firmó en marzo de 2008 y Ebrocredit se comprometía a devolverlo en un plazo de un año. "Para generar confianza y obtener nuevos préstamos –dice la sentencia– los cuatro meses siguientes Adolfo Alonso les hizo sendas entregas de 240 euros que correspondían a supuestos intereses". Así logró que en julio de 2008, su amiga le entregara otros 4.000 procedentes de una indemnización que recibió al ser despedida. Pronto introdujeron en el engaño a la madre de la amiga, que entre 2008 y 2009 hizo varios contratos de préstamo por un importe total de 70.000 euros.


Para el tribunal, los acusados nunca tuvieron la intención de devolver el dinero a los ‘inversores’, pero les fueron reintegrando cantidades que suman 26.445 euros, para seguir manteniendo el engaño. La Audiencia condena a la acusada a 4 años, 9 meses y un día de prisión y una multa 1.800 euros. A su hijo le impone pena de tres años, seis meses y un día de cárcel y una multa de 1.440 euros. Ambos deberán indemnizar a las víctimas con 47.795 euros.

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