Condenado a prisión por arrojar el perro del vecino por el balcón

El animal saltó a la terraza del acusado, quien le causó la muerte al lanzarlo al vacío desde un cuarto piso en Calatayud.

Tuenti era un border collie.
Tuenti era un border collie.
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Un vecino de Calatayud acaba de ser condenado a seis meses de prisión y a pagar una indemnización de 1.400 euros a su vecina por causar la muerte del perro de esta, al que arrojó al vacío desde el balcón de un cuarto piso. El can, un Border Collie de tres años y de nombre Tuenti, saltó las jardineras que separan las terrazas de ambas viviendas y se plantó en la del acusado, Ángel Gil Aladrén. Según la sentencia, este reaccionó agarrando al animal por las patas traseras y lanzándolo a la calle "intencionadamente y a sabiendas de su más que probable fallecimiento".


La considerable altura desde la que cayó el perro a la calle hizo que este resultara gravemente herido, hasta el punto de que el veterinario que lo asistió determinó que lo único que podían hacer para evitarle sufrimiento era sacrificarlo. Razón por la cual, la dueña del can, que había sido adoptado dos años atrás, decidió presentar una denuncia por maltrato animal contra su vecino. Tanto este último como su esposa negaron haber hecho daño al perro y aseguraron que no se enteraron de nada porque estaban viendo la tele y tenían la puerta del balcón cerrada.Sin embargo, a la hora de condenar, para la magistrada del Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza han resultado "fundamentales" las declaraciones de dos chavales de 13 años. Porque, sobre la una de la tarde del 12 de julio de 2014, estos vieron "sin ninguna duda" como un hombre lanzaba al animal desde un cuarto piso del número 45 del céntrico paseo de Sixto Celorrio.


La Policía subió a la vivienda y comprobó que el perro había saltado a la terraza del acusado por el medianil que la separa de la de su vecina, ya que todavía eran visibles las huellas del can. Los agentes comparecieron en el juicio celebrado el pasado 17 de diciembre y explicaron a la juez que les dio la impresión de que el ahora condenado mentía. De hecho, llegaron a confesar en la vista que tenían "la certeza moral" de que fue el acusado quien lanzó al perro al vacío.


La defensa alegó que el inculpado sufría de una minusvalía que le impedía levantar al animal y tirarlo por el balcón. Sin embargo, este argumento fue rebatido por el forense. Además de indemnizar a la denunciante con 1.400 euros por el valor del perro y los daños morales sufridos, el condenado tendrá que abonar las costas del juicio y las de la acusación particular, a cargo de la letrada Desirée Palacín. La sentencia todavía puede ser recurrida.

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