La Oficina del Agua de Naciones Unidas en Zaragoza, ubicada en la Casa Solans, cerrará sus puertas el próximo 31 de diciembre, fecha en la que concluye el decenio "El agua, fuente de vida", aunque España tiene la apuesta clara de que siga existiendo una sucursal de estas características en el país.

La directora de la Oficina del Agua de Naciones Unidas, Josefina Maestu, ha explicado en rueda de prensa que ayer se produjo una reunión de seguimiento entre el Ministerio de Agricultura y el de Asuntos Exteriores en la que se abordó el futuro de esta oficina y se dio cuenta de las gestiones realizadas con Naciones Unidas para que esta oficina siga estando en España.

La respuesta dada hasta el momento es que la nueva oficina para el apoyo a la agenda 2030 de desarrollo sostenible en materia de agua tiene que ser acorde con los nuevos objetivos, que son "más ambiciosos", y entre los que se encuentran el acceso universal al agua, la mejora de la calidad, el saneamiento o la protección de los ecosistemas.

El gobierno español ha vuelto a insistir en esta solicitud pero no ha obtenido respuesta y se desconoce cuándo Naciones Unidas podrá adoptar la decisión definitiva, ha asegurado Maestu, quien ha señalado que, aunque hay quienes creen que es complicado trabajar de apoyo al Secretariado de la ONU desde Zaragoza en el caso de la energía se ayuda al trabajo desarrollado en Nueva York desde Viena.

Por ello, se muestra "optimista" sobre la posibilidad de que la oficina pueda mantenerse en la capital aragonesa dado que en la reunión celebrada ayer comprobó que España está "totalmente volcada" para que sea una realidad como "cuestión de Estado" y, además, Zaragoza cuenta con la experiencia de este decenio.

Zaragoza quiere que se mantenga la oficina, que nació ligada a la celebración de la Expo Internacional de 2008, que tuvo como lema "Agua y desarrollo sostenible", como "elemento estratégico de la ciudad", ha asegurado.

Del decenio internacional para la acción "El agua, fuente de vida 2005-2015" que concluye el próximo 31 de diciembre, Maestu ha destacado el poder de la vigilancia y el seguimiento de los acuerdos internacionales para que se hayan podido llevar a cabo, la importancia del sector privado, que se ha involucrado en cuestiones relacionadas con el agua, y el funcionamiento de las campañas informativas mundiales que han servido para concienciar.

En estos logros, que se aglutinan en la publicación "Una historia de 10 años: la década del agua para la vida y lo que viene después" que se ha presentado hoy a los medios, la oficina de Zaragoza ha contribuido a los procesos de transformación global a través de una red de periodistas que han informado en países de África o Asia y con la promoción de conferencias sobre el agua desarrolladas en la capital aragonesa.

Además, ha colaborado en el apoyo a todas las oficinas de Naciones Unidas, ha relatado Maestu, quien ha recordado que el mensaje de la agenda 2030 de desarrollo sostenible en materia de agua es que no se pueden seguir actuando como hasta ahora.

Maestu ha valorado las "impecables" relaciones mantenidas con las instituciones en Zaragoza, tanto el Gobierno de Aragón como el Ayuntamiento bajo distintos partidos políticos, así como con las universidades y empresas y organizaciones vinculadas con el agua, aunque ha reconocido que ha sido "más difícil" llegar al conjunto de la ciudadanía por falta de recursos, si bien ha concluido que también ha habido "un antes y un después" en la visión que tienen de la oficina los zaragozanos.

Con motivo del final de esta década, las escuelas de la Unesco en Aragón y la Oficina de Naciones Unidas organizaron un diálogo en las Cortes de Aragón sobre el significado del decenio y esta tarde tendrá lugar una recepción en Casa Solans a los agentes de la sociedad civil aragonesa, en la que se proyectará el vídeo sobre los logros del decenio y se dará a conocer la publicación editada.

En la misma estarán presentes el alcalde de Zaragoza, Pedro Santististeve, y el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona.