La naturaleza se convierte en papel en el EMOZ de Zaragoza

Un total de cuatro salas de este espacio dedicado a la papiroflexia acogen parte d ela obra de Junio Fritz Jacquet.

Exposición en el EMOZ
Exposición en el EMOZ
EMOZ

El artista papiroflecta haitiano radicado en Francia Junior Fritz Jacquet llega con parte de su obra en el segundo aniversario de la Escuela Museo Origami de Zaragoza (EMOZ), en una exposición inspirada en motivos naturales.


Un total de cuatro salas de este espacio dedicado a la papiroflexia acogen parte de la obra de este artista, en esta ocasión solo con sus piezas más personales.


Su intención, "de corazón", ha expresado, es mostrar la técnica del origami pero, por encima de todo, trasladar emociones con sus piezas y unir el mundo del arte con el de la decoración y el diseño.


Trabaja con distintos tipos de papel, desde el de fumar hasta los cartones más gruesos, aunque predominan los papeles arrugados, y con una diferente técnica para cada pieza, según la idea que quiera transmitir.


Como curiosidad, Fritz Jacquet es especialista en elaborar distintas máscaras humanas -una selección de ellas está expuesta en la muestra- con el cartón de los rollos de papel higiénico y lo hace en apenas unos segundos, como ha demostrado a los medios de comunicación.


Destaca la figura imponente de un árbol elaborado con una sola pieza de papel, de 80 centímetros de ancho y 35 metros de largo, sin cortes y sin unir diferentes partes.


Siguiendo su inspiración natural, aparecen unas lianas, que elaboró porque no quería tirar el cartón que le sobraba, en las cuales se pueden incrustar una especie de rugosas lámparas de papel.


Otra de las salas está dedicada a las flores, también luminosas, realizadas con un papel similar al que se usa en los hornos, que, para más realismo, se van a ir cerrando con el paso del tiempo.


A pesar de la delicadeza que transmiten sus piezas, el artista ha asegurado que no pierden su forma con el tiempo, ya que procura trabajar sobre "la memoria del papel" para que, tras cualquier deformación, vuelvan a su estado original, y que se limpien muy fácilmente, simplemente con un secador de pelo.


En la exposición también hay espacio para el formato de los cuadros en los que, a través figuras arrugadas y puntiagudas, juega con el reflejo de la luz sobre el papel.


Se trata de unos cuadros que han estado "de moda" en los últimos tiempos y que hoy cuelgan de las paredes de algunos de los más lujosos hoteles de los Campos Elíseos parisinos, ha señalado el artista, cuyo arte ha recorrido medio mundo y museos como el Louvre.


Como novedad, los visitantes podrán comprar cualquier obra del autor y se la podrán llevar cuando concluya la exposición. Por ejemplo, los cuadros papiroflécticos oscilan entre los 900 y los 30.000 euros, ha indicado.


Los más pequeños también tendrán su espacio en la muestra con un pequeño estanque con patos de papel, que ha reconocido que es su obra preferida.


Pero el momento más mágico para el visitante llega al final, en una sala en la que, por su realismo, creerá que está en el fondo del mar.


Con este acuario Fritz Jacques quiere reivindicar su motivación de que el visitante viva una experiencia más que la de simplemente mostrar una obra de arte.


No falta ningún detalle en este fondo marino y todo está elaborado a mano y con el papel como único ingrediente, piedras, estrellas de mar, una vieira y muchas medusas -la firma del artista-, que pueblan tanto las vitrinas como la sala.

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