Esperas y resignación en la primera semana de huelga de autobuses

Auzsa y los trabajadores siguen sin llegar a un acuerdo. En las paradas, hay esperas de más de media hora.

Huelga de autobuses de Auzsa
Huelga de autobuses de Auzsa
Raquel Labodía

Para desplazarse en bus por Zaragoza hay que mirar el reloj y armarse de paciencia. Una semana después, continúa la huelga de los trabajadores de Auzsa, la empresa concesionaria de los autobuses urbanos en Zaragoza. El seguimiento de la huelga está siendo muy alto (por encima del 90%) y los usuarios sufren largas esperas por la mañana y por la tarde.


Los paros son de 9.00 a 11.30 y de 18.00 a 20.30, con servicios mínimos del 33% (en anteriores huelgas era del 50%). La incidencia en el servicio se nota durante más de tres horas, contando desde que las autobuses van a cocheras y hasta que vuelven a la calle. Durante estas horas dejan de circular unos 170 autobuses.


Los usuarios soportan la huelga, que empezó el pasado día 10, con largas esperas y resignación. "El otro día esperé 45 minutos en la parada al 39 (la frecuencia en este horario es de 5-6 minutos). Tardó un montón en venir y luego pasaron dos llenos y no pudieron abrir. Voy a hacer un curso de costura del INAEM en Torrero dos días a la semana. Pagar un taxi sale caro e ir el coche no merece la pena por las vueltas que das para aparcar. Así que espero al bus. A ver cuánto tarda", comentaba este jueves pasadas las nueve de la mañana Charo Carbonell, en una parada junto al puente de Piedra.


"Nos fastidia a los usuarios pero tienen sus motivos. Tenemos que aguantarnos y esperamos que acabe pronto la huelga. Voy a hacer un curso a San José. Hoy ya llevo más de 20 minutos esperando", señalaba Dolores Urrutia. "Voy a hacer un recado a San José. Sabía que había huelga, pero no qué horario", añadía Rafael Vera, en la misma parada.


Ni en los autobuses ni en las paradas hay información sobre la huelga. La empresa informa a través de las redes sociales. Y los trabajadores lo explican en los autobuses a los propios usuarios y les avisan cuando van a parar.


"El balance de la huelga es muy satisfactorio. Salvo algún compañero con contrato temporal que termina el 31 de diciembre, el seguimiento está siendo altísimo. Y de cara a los usuarios, está transcurriendo con normalidad salvo algún pequeño incidente. Estamos intentando que los paros afecten lo menos posible a la población. Hemos buscado unas franjas horarias que no coincidan con las horas mayoritarias de entrada y salida de los trabajos o los centros escolares", afirma Javier Anadón, presidente del comité de empresa.

La negociación, atascada

La negociación entre la empresa y el comité sobre el convenio colectivo sigue atascada. Este jueves se volvieron a reunir, tras la última oferta de la empresa el martes, pero no han llegado a un acuerdo. Los trabajadores reclaman mejoras salariales (recuperar los sueldos que tenían antes del ERE y los recortes de 2012 y 2013), mejoras en las condiciones de trabajo y en el servicio que prestan.


En la plantilla hay 1.203 trabajadores, de los que la inmensa mayoría son conductores (1.042). El comité calcula que con la rebaja del 4% que sufrieron han perdido unos 3.000 euros por persona en dos años y medio.


"La empresa incumple el pliego de condiciones, tanto en cuestiones salariales como en frecuencias y otros temas. El Ayuntamiento debe intervenir y forzar a la empresa a que cumpla las condiciones de la concesión", afirma Anadón.


El equipo de gobierno, que sí medió en la anterior huelga a finales de septiembre, se mantiene al margen y confía en que las dos partes lleguen pronto a un acuerdo. "El Ayuntamiento está muy preocupado por las afecciones a los ciudadanos. Pero el Ayuntamiento no va a mediar y no puede dar más dinero", señalan fuentes municipales.

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