Un traje que te envejece

Liberty Mutual crea una vestimenta que muestra cómo es sufrir artrosis y otras enfermedades.

Los anuncios de rejuvenecimiento facial y el avance de las tecnologías con el objetivo de conseguir la eterna juventud son continuos en nuestro día a día. Sin embargo, nadie se plantea la posibilidad de conocer cómo se siente una persona mayor, un destino asegurado por muchas cremas y tratamientos que se pongan en marcha.


El peso de los años no es solo una frase hecha. Liberty Mutual ha creado un traje que, a través de diferentes pesos y arneses, consigue que te sientas como si tuvieras 50 años más. Son unos diez minutos en los que poco a poco vas sumando años a tu carnet de identidad. Comienzas con unos treinta y cuando te pones el uniforme base ya te sientes como si hubiera pasado casi una década. Las piernas, en especial, los tobillos empiezan a pesar más, al igual que ocurre con los brazos. La traducción es que los movimientos son más lentos y el esfuerzo, cada vez mayor.


No obstante, la movilidad sigue siendo casi total. El siguiente paso te hace llegar a la cincuentena. Un chaleco que te encorva ligeramente la espalda empieza a provocar que los riñones y el lumbago tengan más presión. De este modo, se obtiene la respuesta a por qué según se cumplen años, vamos andando cada vez más inclinados hacia delante. 


Las piernas sufren la siguiente transformación. Un aparato que limita la movilidad de la rodilla ejemplificando la artrosis hace casi imposible poder bajar unas escaleras y, sobre todo, subirlas. Una tarea realmente compleja es el acceso al coche. De este modo, se puede comprobar rápidamente por qué las personas mayores introducen casi siempre primero su trasero para después meter las piernas. Si lo intentas al estilo habitual es prácticamente imposible. Las rodillas no giran, los tobillos pesan y el resto del cuerpo tampoco acompaña para realizar el movimiento. En poco más de cinco minutos ya casi hemos llegado a los 70.


Los achaques no solo se sufren en piernas y brazos, las manos y, en concreto, las falanges son las siguientes en envejecer. El movimiento en esos casos es complejo y la posibilidad de sujetar algo o hacer fuerza para abrir una botella se diluye con facilidad. Poco a poco, la suma de cada nueva parte del traje hace que nos acerquemos inevitablemente a los sentimientos de una persona de edad avanzada. La agilidad se pierde, empiezas a sentir cansancio con más rapidez y la fuerza se desvanece.


Un collarín y unas gafas completan la transformación. El collarín hace que el cuello pierda movilidad y que el usuario vea cómo las personas con edad más avanzada no son capaces de mirar sin problemas hacia los lados. Unas tareas tan sencillas como hablar con la persona que está a tu derecha o comprobar si viene un coche se convierten en verdaderas pruebas de riesgo.


Por su parte, las gafas acentúan la sensación física generando una nubosidad que se instala en los ojos. De repente, tenemos cataratas, que unidas a la cada vez más habitual miopía que sufren muchas personas en la actualidad, imposibilita la visión. La otra opción es sufrir una degeneración macular. En este caso, solo se puede ver a través de los laterales del ojo. Un cambio que provoca que en solo 10 minutos te sientas totalmente identificado con aquellas personas que cada día luchan por salir a la calle y conseguir “ganar la batalla” al calendario.

Un traje destinado a la seguridad vial, pero con más opciones

Esta vestimenta fue inventada por Liberty Mutual, la matriz de EE. UU. de Liberty Seguros. En concreto, su instituto de investigación y seguridad ideó esta indumentaria para comprobar cómo afectaba la edad a la conducción. “Utilizamos los achaques físicos más comunes y creamos un traje que los incorpora a su portador para que pudiera sentir en primera persona cómo es tener 40 o 50 años más”, explica Jesús Ángel González, responsable de Seguridad Vial de Liberty Seguros.


Aunque fue desarrollado para la conducción, posteriormente, su uso también se trasladó a la calle, en concreto, para estudiar el comportamiento de las personas más adultas cuando son peatones. “En estos momentos estamos realizando este estudio, pero realmente, esta prenda podría tener otros usos similares si se aplica a contextos diferentes como saber cuáles son las limitaciones en el hogar o para hacer la compra”, subraya.


Durante el último año, Liberty Seguros y RACE han acudido a diferentes ciudades para intentar concienciar a la gente de todos estos problemas. Su última parada ha sido Zaragoza, donde estuvieron esta semana. Allí impartieron charlas y consejos para los conductores y peatones senior.


Además, a todos los que acudieron se les realizó una encuesta para ver cuáles son los fallos más comunes de la ciudad. El resultado será trasladado al Ayuntamiento. “En casi todas las que hemos hecho, los problemas se centran en los obstáculos en las aceras -obras, árboles...- los escasos tiempos semafóricos y los problemas de convivencia entre conductores y peatones”, recalca González.

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