El exportador que vendió el coche de Losilla asegura que le dijo que lo enviaban a Libia

La Policía cree que usó el vehículo para trasladar el cadáver de su mujer y que se deshizo de él para no dejar pruebas

LaPolicía no escatimó ni tiempo ni esfuerzos a la hora de buscar a Pilar Cebrián. Sin embargo, tres años y medio después, el paradero del cadáver de la vecina de Ricla sigue siendo una incógnita. De lo que sí están convencidos los investigadores del Grupo de Homicidios es de que el presunto autor del crimen, Antonio Losilla, usó su Nissan Máxima para trasladar los restos de su mujer una vez descuartizados. Esa fue la razón, aseguran, por la que el acusado vendió después el vehículo a un exportador libio. Ya que, al hacerlo, se aseguraba de que en ese turismo no pudieran hallarse rastros o pruebas que lo incriminaran.


El pasado lunes, Antonio Losilla manifestó que la decisión de vender el coche no se adoptó tras la supuesta desaparición de su esposa."Hacía tiempo que queríamos vender el Nissan, consumía muchísima gasolina y nos suponía un gasto tremendo", declaró. Según este, el turismo estaba anunciado en internet y a finales de abril llamó una persona interesándose por él. "Llegamos a un acuerdo y lo vendimos, pero yo no sabía que se lo llevaban al Libia", indicó.


Sin embargo, ayer compareció ante el Jurado el exportador que medió en la venta del coche, quien aseguró que Losilla sí sabía que el Nissan saldría del puerto de Alicante con destino a Libia. "Antes de sacarlo del país hablamos con la Policía y le dijimos que si había algún problema con el coche no se mandaría a Libia, pero no hubo ninguno", explicó este hombre.


Al parecer, con quien contactó el vendedor fue con Aduanas y no con el Grupo de Homicidios de Zaragoza. De hecho, para cuando este intentó localizar el vehículo y lo ‘marcó’ para su seguimiento internacional, el coche llevaba ya varios meses fuera de España. Los investigadores siguieron haciendo trámites para dar con su paradero, pero les resultó imposible, lo que impidió poder registrarlo en busca de indicios incriminatorios.


Además de este vendedor, durante la cuarta sesión del juicio por el crimen de Ricla declararon algunos de los hombres que mantuvieron contacto con Pilar Cebrián cuando el matrimonio de esta hizo aguas. Todos ellos conocieron a la víctima a través de la red social Badoo y alguno de ellos llegó a desplazarse a Ricla para verla. En lo que también coincidieron todos es en que la desaparecida daba claras muestras de preocupación y nerviosismo."Aunque seguía conviviendo con su marido, me contó que la relación entre ellos se había roto y que dormían en habitaciones separadas. Pese a ello, vivía aterrorizada pensando que este pudiera descubrirla viéndose con otros hombres", manifestó uno de los testigos.


La acusación particular citó también ayer a una de las amigas de Pilar Cebrián para confirmar que, como explicó la Policía, esta estaba ya menopáusica y no pudo quedarse embarazada. Porque, en un momento dado, Losilla intentó hacer creer a los investigadores que su esposa podía haber muerto desangrada en un aborto. "Recuerdo que en los Pilares de 2011 cenamos juntas y yo tuve que ir al baño porque estaba indispuesta. Ella se echó a reír y me preguntó si todavía tenía la regla. Le dije que sí, y ella me explicó que le había dejado de bajar cuatro o cinco meses antes", dijo esta amiga.

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