Pinseque en miniatura

La Casa de Cultura muestra maquetas de los principales edificios del municipio, fabricadas por el vecino Leonardo Blasco.

Maqueta del Ayuntamiento de Pinseque
Maqueta del Ayuntamiento de Pinseque
M. M.

Una curiosa manera de expresar el amor que se profesa al pueblo de uno. El vecino de Pinseque Leonardo Blasco empezó hace 28 años, cuando era concejal de Cultura, a enredar con los modelos a escala y la recreación de arquitecturas clásicas para preparar un belén para la iglesia, y ahí surgió su afición por crear maquetas.


Después, poco a poco fue fabricando una réplica de su pueblo entero en miniatura, y más tarde, se deleitó en cada uno de los edificios principales con todos sus detalles, un conjunto que ahora se expone y que a lo largo de todo el mes puede verse en la Casa de Cultura de la localidad. Este Pinseque diminuto está compuesto por dos maquetas de la iglesia de San Pedro Mártir, una como está en la actualidad y otra con una ampliación que no se llegó a hacer, la Casa Consistorial, el Palacio del Señorío y el curioso Puente del Jubo que cruza el Canal Imperial de Aragón como pasarela peatonal. "Es un puente que nunca se llegó a terminar, nunca llegó a ser puente como tal, dejaron los dos apoyos de la estructura y hace unos años se desarrolló como pasarela peatonal", explica Blasco.


Aparecen otros inmuebles singulares de la localidad, como un antiguo molino ya desaparecido o la que se conoce en el pueblo como 'la Casa de las Brujas', que "la señora del Palacio del Señorío utilizaba como residencia de verano, y hay muchas versiones de por qué se la conocía por ese nombre", explica el vecino.


Leonardo ya había montado previamente una maqueta del conjunto del pueblo, de unos 160 metros cuadrados, antes de hacer uno a uno los edificios más singulares, un trabajo laborioso que va haciendo en sus ratos libres. "Cada maqueta es diferente, una puede costar medio año y otra un mes, cada maqueta tiene su tiempo y su diseño", apunta este electricista, que en esta exposición muestra también su destreza para la fabricación de fuentes y otros elementos ornamentales.


"Hacer las maquetas es tan simple como hacer, digamos, un chasis de un coche, luego le doy la forma con madera y poliuretano, y le aplico esmaltes, barnices y pintura antigotera", explica.


Ahora que tiene la réplica del pueblo entero hecho, y un gran belén, de momento no tiene más proyectos de marquetería que la plaza de toros que ahora le monta a sus nietos. "Por ahora con esto ya estoy entretenido", concluye.

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