“Losilla limpió a fondo el garaje tras el crimen, pero olvidó dos gotas de sangre bajo la mesa”

El jefe del Grupo de Homicidios desmonta la versión exculpatoria del presunto descuartizador de Ricla.

Antonio Losilla, ayer, durante la segunda sesión del juicio por el crimen de Pilar Cebrián.
Antonio Losilla, ayer, durante la segunda sesión del juicio por el crimen de Pilar Cebrián.
óliver duc

La muerte de Pilar Cebrián no fue accidental sino premeditada y el encargado de arrebatarle la vida fue su propio marido, Antonio Losilla, al que se juzga desde el lunes en la Audiencia provincial. El presunto homicida no pudo soportar que la víctima, a la que ninguneaba y trataba como un objeto de su propiedad, decidiera abandonarle para rehacer su vida. Y mucho menos, que lo hiciera con un antiguo novio al que consideraba su verdadero amor. Estas fueron las conclusiones a las que llegó la Policía tras tres años de arduas y costosas investigaciones en busca de la vecina de Ricla. Pesquisas de las que ayer dio cuenta al Jurado con todo lujo de detalles su responsable, el jefe del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía, Antonio Longarón. Si Losilla dedicó el lunes cuatro horas a proclamar su inocencia, el inspector invirtió ayer casi el mismo tiempo a desmontar todos y cada uno de sus argumentos.


"Estoy plenamente convencido de que Pilar Cebrián no está desaparecida sino muerta y de que fue su marido quien la mató el 2 de abril de 2012.Antonio Losilla intentó ocultar el crimen hasta el último momento, pero tenía preparado un plan B por si le venían mal dadas. Diría que tuvo una discusión con su mujer, que esta se cayó, se golpeó la cabeza y murió de forma accidental.Pero de eso nada, lo tenía todo bien pensadito. Si tu esposa muere así llamas a la Policía o a la Guardia Civil, no la descuartizas y ocultas el cadáver", declaró Longarón.


Para la Policía, las sospechas en torno a Losilla saltaron desde el minuto cero. Primero, porque denunció la supuesta desaparición de su esposa con seis meses de retraso. Y segundo, porque no fue una denuncia al uso, sino que el ahora acusado empezó declarando que su esposa se había marchado llevándose 5.000 euros."Eso hizo que al principio se tramitase como un hurto y no como una desaparición", dijo el responsable de las pesquisas. Pero en cuanto llamaron a Losilla para que ampliara su denuncia y se practicaron las primeras indagaciones, los agentes se dieron cuenta de que estaban ante un caso de "altísimo riesgo". Y así acabó calificándose la desaparición de la vecina de Ri-cla, a cuyas pesquisas se dio la máxima prioridad.Intentó controlar el caso


La Policía no recuerda un caso como el de Antonio Losilla, ya que este acudía a todas horas a comisaría. "Más que para aportar datos, venía para desinformar, confundir e intentar redirigir nuestra investigación contra determinadas personas", señaló el jefe de Homicidios. De hecho, les contó que su esposa había iniciado una relación con un antiguo novio y que podía haberse quedado embarazada. "En su afán por distraer nuestra atención, llegó a especular con la posibilidad de que esta pudiera haber muerto desangrada en un aborto", apuntó Longarón.


El inspector insistió en que se comprobó "absolutamente todo". Hasta el punto de que se contactó con todas las clínicas abortivas, que descartaron esa hipotética interrupción del embarazo. "Pero es que también hablamos con el ginecólogo de Pilar, que nos dijo que difícilmente podía haberse quedado embarazada cuando estaba menopáusica", manifestó el jefe de la investigación. "Empeñado en incriminar al hombre con el que se había estado viendo Pilar, llegó a llamar a la mujer de este para hablarle de esa relación e intentar convencerle de que su marido podía haber cometido un crimen", recordó el inspector. Recordó también que Losilla se hizo pasar por policía secreto para recabar información del amigo de su mujer. "Pero lo único que logró fue romper el matrimonio de esta pareja, que tiene tres hijos", dijo.


La ceremonia de la confusión a la que el acusado supuestamente intentó llevar el caso se desvaneció en el momento de su arresto, a finales de octubre de 2012. Porque este, para sorpresa de todos, acabó confesando que había descuartizado a su esposa después de que esta se cayera y pegara con el pomo de una puerta en la cabeza. "Nos dijo que se cayó cuando discutían por una joyas, que nosotros las encontramos y ni siquiera las recogimos porque valían cuatro duros", indicó Longarón. "Tampoco nos creemos la versión de la caída, sino que pensamos que la mató de otra manera y después troceó el cuerpo con un cuchillo. Losilla limpió bien el garaje tras el crimen, pero se olvidó de dos gotas de sangre de Pilar que había debajo de la mesa", añadió el funcionario. La Policía Científica también halló restos de sangre en el sifón donde el acusado dijo que se estuvo aseando tras descuartizar a su esposa."Que seis meses después aún encontrásemos allí restos da muestra de la cantidad de sangre que tuvo que haber", apostilló.Poliuretano para ocultar el olor


Según los investigadores, el acusado pensó en todo. Hasta en ocultar el olor que iban a desprender los pedazos del cuerpo de Pilar Cebrián al descomponerse. Para evitarlo, según manifestaron ayer los agentes que declararon como testigos, Losilla compró espuma de poliuretano y roció con ella el cadáver una vez seccionado.


Pese a los ímprobos esfuerzos de la Policía por encontrarlo, el cuerpo de la desaparecida nunca ha sido recuperado. "Lo que no nos creemos es el tour que dijo Losilla arrojando paquetitos por medio Aragón. ¿Qué lógica tiene? Solo hubiera conseguido aumentar el riesgo de que los descubrieran: por un accidente, por un avería, por cualquier cosa. Solo él sabe donde ocultó el cadáver de su mujer, porque nosotros no dudamos de que fue él quien la mató",

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