Las grullas vuelven a Gallocanta

Paseos turísticos, una exposición de fotografía o diversos talleres atrajeron ayer a decenas de personas a la 18ª edición de la Fiesta de Bienvenida a las Grullas.

Miles de grullas vuelven cada año a la laguna de Gallocanta. Cuando vuelan, estas aves emiten un sonoro graznido.
Miles de grullas vuelven cada año a la laguna de Gallocanta. Cuando vuelan, estas aves emiten un sonoro graznido.
Javier Mañas

Gallocanta celebró ayer su tradicional fiesta de bienvenida a las grullas, una jornada lúdica que, desde hace 18 años, ofrece distintas actividades para atraer a decenas de personas a este humedal por el que pasan y descansan estas aves en su viaje desde el norte de Europa hacia Extremadura o Andalucía.

Diego Bayona, presidente de la Asociación Amigos de Gallocanta, explicó que esta cita "coincide con la época en la que empiezan a llegar las primeras grullas". Este año aparecieron antes de lo habitual. Tal y como relató Javier Mañas, del albergue Allucant y miembro del colectivo, "se adelantaron a principios de octubre". "La laguna está ahora muy bonita y, con las últimas lluvias, las grullas descansan muy bien".


Las actividades se fueron sucediendo ayer sin descanso. La fiesta comenzó temprano, a las 7.00, para ver la salida de las aves del dormidero. Después hubo un paseo guiado a pie hasta el observatorio de la Reguera. Esta edición, como novedad, la organización propuso el ‘bicipajareo’, una ruta circular interpretativa sobre dos ruedas por los alrededores de la laguna, con una distancia de 13,5 kilómetros. "Esta es un forma –dijo Bayona– de dar promoción a este medio de transporte para conocer el espacio".


El presidente destacó también los talleres, pensados para toda la familia, como el de construcción y decoración de cajas nido, o para adultos, como el de aprender a elaborar pacharán casero. Antes de la comida se inauguró la exposición fotográfica ‘Dibujar las aves’, de Santiago Osácar, en el albergue Allucant y, en la sobremesa, se organizó un café-tertulia en el Mirador del Silo de Bello.


Por la tarde, tras la excursión para ver la entrada de las grullas al dormidero, el día de bienvenida a estas aves zancudas se cerró con música en el albergue. Este establecimiento celebra durante todo este año 2015 su 20 aniversario.

El festival lo organiza la asociación (a la que pertenecen unas 30 personas) gracias al trabajo de los voluntarios y cuenta con la colaboración del Gobierno de Aragón y de los Ayuntamientos de la zona y la comarca.

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