El contrato de la feria de Navidad prohíbe expresamente las actividades con animales

La muestra veta por primera vez los paseos en burro y las ocas de la cabalgata.

Los burros con sus alforjas por la plaza del Pilar en la edición de la muestra del año pasado.
Los burros con sus alforjas por la plaza del Pilar en la edición de la muestra del año pasado.
Francisco Jiménez

En pocos días, y por octavo año consecutivo, volverán a montarse las guirnaldas de luces y las casetas navideñas en la plaza del Pilar. La muestra se inaugurará al igual que el belén gigante el próximo puente de la Constitución, si bien este año el contrato que saca a concurso el Ayuntamiento incluye una importante novedad: prohíbe de forma expresa "el uso de animales en cualquier tipo de actividad que el adjudicatario incluya en su proposición".


Por primera vez y como era deseo del equipo de gobierno de Zaragoza en Común, no se ofertarán paseos en burro o en camello por la plaza, que los ecologistas habían criticado porque los animales sufrían "pánico y estrés". Para evitar que los burros se resbalaran con el pavimento de la plaza el año pasado se crearon unos caminos de tierra que apenas fueron respetados. Izquierda Unida alegó el año pasado que se habían recogido 44.000 firmas en contra de esta suerte de "maltrato animal" y Zaragoza en Común ha decidido sacar la actividad de la oferta navideña. El actual equipo de Gobierno ya vetó los circos con animales durante las pasadas fiestas del Pilar y, en su empeño por suprimir los espectáculos que supongan una "humillación" para los animales, también es previsible que impida que desfilen las ocas la próxima cabalgata de Reyes.Tobogán y pista de hielo

En el pliego de condiciones de la muestra navideña también se prohíbe cualquier "actuación, exposición o comercialización" que no tenga relación con las fiestas navideñas y se pone como ejemplo la inconveniencia de vender productos inspirados en armamento en las casetas de la plaza del Pilar.


El contrato sale por poco más de 7.000 euros y exige que el adjudicatario oferte también la consabida pista de hielo (con un aforo mínimo de 150 patinadores) y un tobogán neumático como se ha venido haciendo los últimos años. Nada dice, en cambio, del árbol de los deseos ni tampoco de la gran noria que algún adviento ha incrementado –desde la ribera del Ebro– los reclamos de la muestra navideña.

La única potestad que se reserva Zaragoza Cultural es la de montar un pequeño escenario (de 56 m2) en el que se desarrollarán las actividades y los talleres previstos. En esta programación, por cierto, se primará la contratación de artistas locales, como también se fomentará que los puestos artesanos y alimentarios se adhieran a campañas solidarias y sociales.


Desde Zaragoza Cultural dan a entender que la feria y sus actividades derivadas se estructuran en dos fases: el adviento hasta la llegada de Nochebuena y, después, la previa hasta la mágica noche de Reyes. La muestra, de hecho, está previsto que se desmonte el domingo siguiente a la visita de Sus Majestades de Oriente o –lo que es lo mismo– el 10 de enero.

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