Agentes forestales patrullarán el entorno de Casablanca para evitar más envenenamientos

Los análisis confirman la ingestión de raticidas como la causa de la muerte de los animales.

Uno de los cisnes afectados por el veneno en el entorno de Casablanca
Uno de los cisnes afectados por el veneno en el entorno de Casablanca
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Desde el viernes pasado han fallecido otros tres animales en el entorno de los depósitos de agua de Casablanca, con lo que el episodio de envenenamiento se ha saldado ya con la vida de 16 patos, cisnes y gaviotas además de, como mínimo, la de tres palomas.

Los análisis efectuados a los cadáveres en el Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de La Alfranca confirma la hipótesis de la ingestión de raticidas como causa de la muerte de los animales y, aunque el goteo de víctimas se ha estabilizado, el Ayuntamiento de Zaragoza y la DGA han decidido reforzar la vigilancia en el entorno.

Los agentes forestales de la Unidad Verde patrullarán la zona todos los días a horas diferentes y no descartan, además, pasearse vestidos de paisano por si hubiese algún vecino esparciendo veneno por su cuenta. Además, los agentes de protección de la naturaleza del Gobierno de Aragón visitarán las clínicas veterinarias cercanas por si hubiese ingresado alguna mascota con síntomas de envenenamiento en las últimas semanas.

A los agentes forestales del consistorio les parece "difícil" que todos los animales coincidiesen alimentándose en un mismo jardín particular, por lo que se sospecha que el veneno se diseminó de forma intencionada por el entorno del parque, lo que supondría la comisión de un delito penado con hasta dos años de cárcel según la última actualización del Código Penal. Dado que se trata de un espacio público frecuentado por personas, se añadiría el agravante de haber creado un riesgo grave de perjuicio para la salud de las personas, ya que cualquier niño podría haber entrado en contacto un raticida.

Además, una vez tengan en su poder los resultados definitivos de las autopsias, los técnicos se plantean hacer llegar una advertencia a los gerentes de las urbanizaciones del barrio. La idea es que éstos comuniquen a sus vecinos la ilegalidad que supone el uso indiscriminado y sin autorización de venenos que puedan dañar a animales silvestres, aunque la intención inicial fuese controlar una plagas de roedores de un jardín privado.

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