Montañana volvió a ser salón festivo del vehículo clásico

Más de 50 vehículos participaron en este encuentro organizado con motivo de las fiestas de Nuestra Señora del Rosario que tuvo fines solidarios.

Los beneficios se destinarán a las familias de dos niños con enfermedades raras.
Los beneficios se destinarán a las familias de dos niños con enfermedades raras.
M. M.

Las fiestas pequeñas en honor a Nuestra Señora del Rosario, en el zaragozano barrio de Montañana, volvió a ser cita ineludible para los nostálgicos y amantes del motor de todo Aragón en su III Concentración de Coches Clásicos.


Más de 50 vehículos se reunieron en el entorno del polideportivo del barrio, en una mañana nubosa pero muy animada, para una cita que se consolida por impulso de la Asociación de Vecinos Urdan y diversas entidades de aficionados a esta disciplina. "Es un evento vistoso, son coches antiguos que ya no se fabrican, y en el barrio hay afición", comentaba el presidente de la AVV, Daniel Usón.


Por las propias calles de Montañana se puede ver un Ford Mustang Coupe del 66, traído desde las flamantes avenidas soleadas de Irvine (California), hasta el barrio zaragozano. "Si tienes nociones de mecánica son sencillos de mantener. El problema son las piezas, que al tener que traerlas de Estados Unidos tienes que pagar los portes y las aduanas", explica Iván Ordovas, vecino del barrio y propietario de este deportivo azul, uno de los presentes en la concentración. Junto a él, otros modelos curiosos, como un Seat 1500 de los años 60, o un Ford Bronco del 66, un modelo también especial. "Se hicieron muy pocos y es el único que se puede ver en España. Lo dejaron en la base americana y luego se compró", explican desde la organización.

Miembros de los Encuentros Clásicos Zaragoza, los Amigos del 600, la Asociación del R5, la Asociación de Vehículos Clásicos (Asvecla) y la Asociación Cultural de Coches Clásicos Americanos participaron en un encuentro que, además de ser muestrario de los utilitarios de antaño, tuvo fines solidarios, pues todo lo recaudado fue destinado a las familias de Iker y Sergio, ambos pequeños pacientes de enfermedades raras, con el objetivo de ayudar a los costosos tratamientos para tratar sus dolencias.


Deporte y solidaridad se fusionó en una mañana en la que también hubo hinchables, sorteos de regalos, almuerzo, juegos para los pequeños y vermú festivo. "Decidimos poner en marcha esta concentración hace tres años para volver a mover la asociación de vecinos y para darle vida al barrio", comentaba el presidente. Una cita que ya genera expectación, y que en su corta trayectoria ha ido ganando participación.

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