La Diputación Provincial de Zaragoza está a la espera de recibir el visto bueno de la propuesta de desvíos y señalizaciones por parte de la Demarcación de Carreteras del Estado para dar comienzo a las obras de remodelación de la rotonda de la carretera del aeropuerto, la N-125, con el Camino de Bárboles.

Entre los años 2006 y 2008 se ejecutaron las obras de ampliación de la carretera de Garrapinillos, donde también se actuó en la intersección de estas carreteras, creando la actual rotonda partida en la que hay prioridad para los vehículos que circulan por la N-125. Al mantener el cruce de trayectorias de vehículos se ha convertido en un tramo de alta concentración de accidentes, y como tal está señalizada, por lo que se planteó esta obra para crear una rotonda donde no existan cruces perpendiculares de trayectorias.

"Es una obra importante porque tenemos una media de tres accidentes semanales, y ha habido fallecidos", comenta Luis Miguel Roda, alcalde de Garrapinillos. "La de ahora es una rotonda abierta, y al estar en curva miras para un sitio y para el otro y no ves a nadie, pero enseguida se presenta alguno y es cuando se genera el peligro, y eso que hemos logrado que se mantuviese limpia de arbustos y hierbas", apunta. Así, "la prioridad que hay ahora para pasar hacia el aeropuerto se corta, habrá que reducir la velocidad y la prioridad la tendrá el que esté dentro de la rotonda", comenta Roda.

Las obras consistirán en la construcción de una nueva rotonda ovalada delimitada por un bordillo montable, cuyo interior irá decorado con piedra caliza en blanco y negro haciendo dibujo. Los carriles de entrada y salida en la rotonda se reducen a uno por sentido y dirección, estrechando la calzada hasta dejar el carril con arcén de 1,5 metros. Las obras se complementarán con el alumbrado público y la señalización horizontal y vertical correspondiente.

Se trata de una obra englobada dentro del convenio para actuaciones en barrios rurales que mantiene la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y el Ayuntamiento de Zaragoza, que fue adjudicada a principios de verano a la empresa Mariano López Navarro por 283.708 euros (IVA incluido).

Fuentes de la DPZ explicaron que "no se podían empezar en julio y agosto porque la carretera del aeropuerto tiene mucho tráfico y era mejor esperar a que pasara el verano". Ahora, la diputación está esperando a que la Demarcación de Carreteras del Estado dé el visto bueno a la propuesta de desvíos y señalizaciones, y "tan pronto como se reciba ese permiso se empezarán las obras, aunque la previsión es que ya sea a finales de septiembre".

El plazo de ejecución de los trabajos es de cuatro meses, pero según las mismas fuentes, los técnicos confían en que "podrá acortarse y garantizan que las obras estarán acabadas antes de fin de año".