Jóvenes y sexo: más información pero las mismas dudas

El Centro de Promoción de la Salud lleva a cabo actividades de educación sexual y psicológica.

Imagen de archivo de una clase de Secundaria.
Imagen de archivo de una clase de Secundaria.
Asier Alcorta

¿Dónde está el punto G? ¿Cómo puedo conocer mi orientación sexual? ¿Qué pasa cuando no estás segura de si tu novio te quiere? Estas son algunas de las preguntas que los alumnos tienen para las sexólogas del Centro Municipal para la Promoción de la Salud Amparo Poch (CMPS). Cada año, más de 40 centros educativos reciben la visita de estas especialistas que tienen por objetivo “ampliar la visión reduccionista que se tiene del sexo”. “Queremos ayudarles a que conozcan su cuerpo y el de los otros, a que se aceptan a sí mismos y a los demás y que además sean capaces de expresarse”, subraya una enfermera y sexóloga del CMPS.


Tal es el éxito que tienen estas actividades de educación sexual que durante el curso pasado cuatro centros no pudieron ser atendidos por falta de personal. “Antes teníamos un convenio que nos permitía tener una psicóloga más, pero ahora solo hay tres personas dedicadas a este programa y no al 100% de su jornada laboral”, señala Carmen Navarro, jefa de Unidad de Servicios Sociales Especializados. Los alumnos son muy variados, desde estudiantes de la ESO y Bachillerato hasta jóvenes del Centros de Menores, por ello, “las dudas son sobre temas muy diversos”. “Incluso, si vamos a dos clases de 4º de Secundaria en un mismo centro, encontramos opiniones muy variadas”, recalca la enfermera.


La idea inicial es realizar con cada grupo seis sesiones, pero esta organización, dependiente del Ayuntamiento de Zaragoza, intenta adaptarse a cada centro educativo. Para intentar encauzar de la mejor manera posible los temas a tratar, se recogen las dudas en un folio de manera anónima. “Es un instrumento que tiene una gran utilidad porque todos se expresan, desde el que lo haría también en clase hasta los que participan menos”, puntualiza.


Las consultas, aunque muy variadas, muchas veces giran en torno a los mismos temas. “Por ejemplo, la pregunta constante entre los más jóvenes es: ¿a qué edad hay que hacerlo?”, señala. Esta consulta tan “reducida” respecto al sexo demuestra que “es necesario ampliar su visión y demostrarles que no hay una edad obligatoria y que la sexualidad abarca mucho más que el coito en sí”. Sin embargo, también hay otras cuestiones más reflexivas. “Algunos alumnos desean hablar de los tabús y de las vivencias a nivel afectivo”, ejemplifica.


Aunque los temas no hayan variado en exceso, la información que tienen los estudiantes sí que ha ido en aumento. “Estamos viendo que, debido al auge de internet, ahora tienen más acceso a la información que hace unos años, pero su capacidad para analizarla y discriminarla sigue siendo la de un adolescente”, señala la enfermera.

Tareas asistenciales

Estas tareas educativas e informativas se complementan en el CMPS con otras asistenciales, a las que pueden acudir jóvenes de entre 15 y 29 años. En este ámbito se encuentran la asesoría sexológica, el servicio de psicoterapia, salud sexual (contracepción, ETS y cáncer genital femenino) y salud reproductiva (nacimiento, masa infantil y crianza). El año pasado, se atendió a casi de 2.200 personas en estos servicios, de los cuales, 1.226 eran nuevos usuarios. El perfil de estas personas es muy variado, aunque la mayoría de ellos son españoles (71,9%), de entre 15 y 19 años (40,08%) y se dedican a estudiar (57,5%).


En 2014, 1.328 acudieron a las consultas de salud sexual y reproductiva, dónde además de pedir consejo sobre métodos anticonceptivos o ETS, se llevaron a cabo 492 análisis, 426 citologías y más de 500 pruebas de embarazo. “Siempre viene más o menos la misma gente y se hacen las mismas pruebas puesto que no hay más recursos”, subraya Navarro. Los pacientes acuden derivados de otras instituciones como el Cipaj o los centros de salud, pero la gran mayoría lo hacen por recomendación de algún amigo.


La asesoría sexológica es mucho más concreta y solo tuvo 20 visitas el año anterior. Por su parte, más de 100 personas acudieron a la preparación para ser padres, en la que no existe límite de edad. “El resto de servicios son hasta los 29, pero como la edad de la maternidad se está retrasando, decidimos no poner límite”, recalca.

Ayuda a través de la psicoterapia

La adolescencia y los primeros años de la juventud son una etapa complicada en el ámbito psicológico. “Aunque en estos momentos los jóvenes parezcan muy duros por los tatuajes y los piercing que llevan, cada vez son más 'blanditos' y están más asustados”, explican los psicólogos del CMPS. Asimismo resaltan que en los últimos años han visto un incremento de la desorientación. “Todos tenían la expectativa de que iban a vivir mejor que sus padres, pero llegó la crisis... y se desorientaron”, ejemplifican.


En estas consultas son comunes los problemas de relación con los padres, las crisis personales, los duelos por pérdidas o rupturas, los trastornos de alimentación y la agresividad. De hecho, según señalan, en los últimos años han percibido un aumento de casos de acoso escolar. “Nos llama mucho la atención que estos problemas no dejen de crecer, pero también notamos que hay una mayor conciencia, tanto social como en los centros”, señalan. Sin embargo, recalcan que no perciben que los jóvenes sean más violentos ahora que hace unos años.


Las 871 personas que acudieron en 2014 a estas consultas lo hicieron con una media de 10 veces al año. “Hay casos muy diversos, por lo que algunos solo necesitan una sesión, mientras que a otros podemos tratarlos durante años”, sostienen. Al mismo tiempo, recalcan que, a pesar de que se organizan a través de citas programadas, cuando hay un caso de especial urgencia, “siempre hacemos un hueco”.


Las consultas duran alrededor de 45 minutos y en este tiempo los psicólogos tienen que ganarse la confianza de los jóvenes, “una cuestión bastante complicada”. “Tratamos de ponernos en su lugar e irnos ganando poco a poco esa confianza mutua, que es lo más importante”, recalcan. Además, están en contacto con los centros de salud, los institutos y otros agentes sociales.

Más de 30 años de experiencia

Este centro lleva funcionando desde 1982, sin embargo, debido a los cambios sociales y organizativos del Salud, su labor fue cambiando hasta centrarse en los jóvenes. “Nuestro objetivo es la promoción de la salud psicológica y sexual, aunque también realizamos tareas de asistencia”, explica Navarro. Por ello, además de trabajar con centros educativos también lo hacen con la Fundación de Disminuidos Físicos de Aragón (DFA), el Plan Integral del Casco Antiguo y la población gitana, entre otros.

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