Los vándalos ya han quemado 130 contenedores este año con un coste de 100.000 euros

La madrugada del pasado martes cuatro contenedores, tres vehículos y la carga de un camión de basura ardieron en Zaragoza en sendos altercados en los barrios de Las Fuentes y el barrio Oliver. La situación no es ni mucho menos nueva, solo unos días antes, en la noche del viernes al sábado, los bomberos tenían que volver a actuar ante la quema de otros cinco contenedores, esta vez en Santa Isabel y Movera, y los sucesos de este tipo son una constante prácticamente cada semana en la capital aragonesa.

A pesar de que durante los últimos años la presión policial y la colaboración ciudadana han conseguido reducir este tipo de incidentes, en lo que va de año el Ayuntamiento de Zaragoza ya ha tenido que cambiar 130 contenedores quemados, lo que ha provocado un gasto extra para las arcas municipales de 97.696 euros, según explican desde el consistorio.

En concreto, los vándalos han hecho pasto de las llamas 34 contenedores de papel y cartón, otros 34 de plásticos, 43 de residuos orgánicos y 19 de vidrio. La sustitución de cada uno de ellos cuesta al consistorio entre los 661 euros que supone un nuevo depósito de envases de vidrio hasta los 767 euros que cuestan los demás. Y a ello además habría que sumar todos los costes de logística que conlleva su reposición, así como la salida de bomberos y los daños extra que puedan acarrear, un montante total que es difícil de calcular, pero que en cualquier caso redunda en el gasto añadido que acarrea a la ciudad esta práctica.

Durante el año pasado a estas alturas la cifra era de 173 -en todo el año en total se tuvieron que cambiar 280 depósitos- una reducción que, sin embargo, no evita que este tipo de vandalismo se mantenga en niveles preocupantes, según explican fuentes de la Policía Nacional. No en vano, los agentes explican que al comparar el número de denuncias de Zaragoza con las que se dan en otras capitales importantes este tipo de casos no son tan comunes, produciéndose la mayoría de desperfectos en los contenedores durante manifestaciones que acaban con algún altercado, y no por hechos deliberados.

A este respecto, en lo que va de año la Policía ha detenido a siete personas acusadas de quemar contenedores, todos ellos jóvenes que suelen actuar durante las madrugadas, especialmente en fines de semana, y que en muchos casos son menores a los que se les ha cazado in fraganti portando material para prender fuego.De los grupos de jóvenes a posibles pirómanos

Este perfil es el más habitual entre los autores de estos hechos, según señalan fuentes policiales, que explican que en algunos casos son grupos que cometen incidentes más o menos aislados, pero que en otras ocasiones actúan de forma completamente organizada. Prueba de ello es una de las mayores operaciones policiales que se dieron en Zaragoza hace ya tres años, en 2012, cuando la quema de contenedores en la ciudad llegaba a niveles incluso mayores. Entonces la Policía Nacional detuvo tras una “compleja operación” a varios jóvenes procedentes del barrio de La Almozara acusados de quemar hasta 65 contenedores. Unas actuaciones de las que incluso se jactaban por las redes sociales y por las que fueron condenados a un año de prisión.

Pero para encontrar fechorías con reiteración no hace falta irse tan lejos. Esta misma primavera la Policía imputaba a un menor de edad acusado de la quema de diez contenedores y causar con ello daños a un vehículo durante las Fiestas del Pilar.

Además de los jóvenes que actúan en grupos, la Policía investiga también las posibles actuaciones de pirómanos que podrían actuar en solitario y con otras motivaciones más allá del vandalismo. Tal podría ser el caso de los hechos ocurridos este mismo martes en Las Fuentes, donde aparecieron tres vehículos quemados, uno de ellos alejados de los otros dos, lo que descartaría el contagio del fuego y apunta a una acción más premeditada.

Aunque la legislación recoge penas que pueden llegar con agravantes hasta los cinco años de prisión en algunos casos, pocas veces se llega hasta este extremo, especialmente en el caso de los menores, donde muchas veces la sanción acaba en una falta si no existe una actitud reiterada.

Tanto desde el Ayuntamiento como desde la Policía se recuerda los innumerables daños añadidos que traen estas conductas y piden especial colaboración ciudadana para prevenir estos casos. Solo el año pasado el cuerpo de Bomberos realizó más de cuarenta salidas por vehículos perjudicados por estos incendios, que también afectan a fachadas y casas, como ocurrió en un reciente caso el pasado mes de junio, en el que la quema de otros cuatro depósitos calcinó un vehículo en San José y obligó a desalojar a una familia en cuya casa reventaron los cristales por culpa del fuego y el humo, que además es altamente tóxico.