Madera tallada a mano, 91 diamantes -de hasta 1,6 kilates y siete milímetros de diámetro-, 27 rubíes, 20 esmeraldas e incrustaciones de oro 'made in Zaragoza' son las culpables de que el bolso joya de madera más caro del mundo ya no sea un Channel con forma de corazón.

Valorado en 260.000 euros, no está pensado para ponérselo para comprar el pan, pero a diferencia del anterior, que pesaba más de 80 kilos, este se puede llevar y utilizar para su uso habitual sin ningún problema.

Los responsables de este particular y oneroso complemento son los diseñadores Víctor Plou y Arturo Borraz, de la firma zaragozana Urban VicArt, a quienes se ha unido en la ejecución Luis Gonzalvo.

De hecho, Borraz reconoce a Efe que es "muy complicado ponérselo", lo ve más como una pieza de exposición y, por tanto, la idea de diseñar este peculiar bolso era más bien la de lanzar una "llamada de atención".

Todavía no han recibido ofertas por el ilustre artilugio ni las esperan, según dicen, pero "si se vende, encantados de la vida y la que lo lleve muy gustosamente, bromea.

¿Qué tiene este bolso que no tengan otros para convertirse en el más caro del mundo? "Artesanía pura", afirma Víctor Plou. Eso y todas las piedras que posee incrustadas, "no muchas pero los diamantes que tiene son de una pureza bastante elevada", que sumadas al tallado y al trabajo a mano con la madera dan este resultado.

"La madera aporta todo", agrega, es "la artesanía elevada a su enésima potencia", y cuando se le añaden las piedras preciosas aparece una pieza de excepción.

Plou comenta que se les ocurrió como idea para afianzar su marca en España y que el público nacional viera que en Zaragoza también se hacen cosas, "que no todo se hace en Madrid o en Barcelona".

Para ello, y para presentar su próxima colección de otoño-invierno, necesitaban un producto y un entorno impactantes, y al bolso se le unió el escenario elegido para la presentación: la planta -3 de uno de los aparcamientos subterráneos de la Plaza del Pilar de la capital aragonesa, cuanto menos algo bastante alejado de los convencionalismos que rodean a los desfiles de moda.

Para Víctor Plou, supone otra llamada de atención de que hay muchos sitios "maravillosos" en los que se pueden hacer cosas, más allá de grandes pabellones, centros comerciales y, en definitiva, "los sitios que están estipulados porque sí".

Sin embargo, más allá del marketing que haya supuesto esta creación, estos dos diseñadores de lo que viven es de sus colecciones, como "3rd floor", la que tienen preparada para este otoño-invierno y que también han presentado hoy en tan peculiar escenario.

Una colección pensada para una mujer "muy femenina y muy actual", y que quiera comodidad, ya que ese es su estilo junto con "mantener siempre esa artesanía y esa pureza".

Los diseños de estos bolsos están basados en los años 70, con mucho fleco, mucho estampado étnico, pieles nacionales o algodones, ideales para salir de fiesta por su tamaño, todo ello con todo el patronaje y la factura hechos a mano para convertir estos complementos en "pequeñas joyas", explican.

Los colores que predominan son los marrones, naranjas o frambuesas.

Víctor y Arturo, Urban VicArt trabajan desde 2008 en el mundo de los complementos desde su ciudad de origen, aunque cuentan con 'show rooms' en Madrid y en Japón y el pasado mes de septiembre sus bolsos y pajaritas cruzaron el charco y estuvieron en la Semana de la Moda de Nueva York de la mano de la colección de Álex Vinash.