Roban en Zaragoza 70 baterías destinadas al nuevo submarino español, valoradas en 469.000 €

La Guardia Civil ha detenido de momento a tres personas. La investigación continúa abierta.

Las baterías sustraídas iban destinadas a las nuevas unidades del submarino S-80, que sustituirán al 'Mistral' (en la imagen)
Roban en Zaragoza 70 baterías destinadas al nuevo submarino español, valoradas en 469.000 €
EFE

La casualidad y la perspicacia de un empleado de Fomento han permitido descubrir que varios delincuentes llevaban varias semanas saqueando la nave que la empresa Lackar Pack tiene en El Burgo de Ebro y en la que se almacenan decenas de baterías destinadas al equipamiento del nuevo submarino S-80, sumergible que Navantia construye actualmente para la Armada española. Según la denuncia que interpuso en su día el gerente de las instalaciones, se han sustraído un total de 70 baterías, valoradas cada una de ellas en 6.700 euros, lo que eleva su importe total a 469.000 euros. La Guardia Civil, que se encarga de la investigación, ha logrado recuperar ya gran parte de los costosos acumuladores, que Exide Technologies (antigua Tudor) vendió hace tiempo a Navantia y que se almacenaban en la nave saqueada. También se ha logrado seguir el rastro e inmovilizar otros lotes.


Todo comenzó a raíz de la llamada que un operario de Fomento hizo a la Policía Local de Zaragoza el pasado 25 de marzo. El ciudadano les informó de que había un camión varado en un camino que discurre paralelo al río Ebro, próximo al polígono Marqués de Arlanza de La Cartuja, y que el vehículo tenía el puente hecho. Explicó también que no había nadie dentro y que estaba cargado de baterías de grandes dimensiones.


Los agentes se acercaron al lugar y comprobaron que, efectivamente, había un camión atascado en el barro. Pero en ese momento ya había cuatro personas junto a él. Dos de ellas eran operarios de una grúa con la que estaban tratando de sacar el vehículo. Los otros, dos hombres, uno con antecedentes, que no acertaron a dar explicaciones verosímiles sobre la procedencia de la mercancía. Uno sí que contó que el camión era de un amigo suyo que se lo había alquilado por 30 euros a dos ciudadanos rumanos a los que no conocía de nada. Añadió que habían sido precisamente estas personas las que le habían avisado para que llamase a una grúa porque se les había quedado clavado en el barro.


Ante todas estas incongruencias, el peso de la mercancía y su presumible elevado valor, la Policía Local y la Guardia Civil -que también fue avisada- decidieron inmovilizar la carga y el vehículo y trasladarlos al depósito municipal a la espera de poder averiguar su procedencia.


Tras difundir fotografías del material sustraído, se descubrió que el gerente de la empresa Lackar Pack había denunciado días antes en el cuartel de Casablanca la sustracción de unas valiosas baterías que podían coincidir con las intervenidas. Esta persona declaró ante los agentes que las piezas, de unos 600 kilos cada una, habían sido fabricadas por Exide Tudor y que se las estaban guardando a Navantia, la empresa pública de astilleros que construye el submarino par el que iban destinadas. Relató que el alto valor de las mismas le llevó a contratar una póliza de seguros que le cubría hasta 2,3 millones de euros.


A partir de ese momento, la Policía Judicial de la Guardia Civil fue siguiendo la pista a la mercancía robada. De entrada, averiguó que parte de esta había sido vendida a una chatarrería próxima al camping Bohalar de Garrapinillos. Su propietario, que fue detenido y está en libertad con cargos, admitió que los días 7 y 9 de marzo había comprado baterías a un vecino de Teruel por 2.204 euros, y que, posteriormente, se las había vendido a Reciclados Bekea, una empresa de Galdácano (Vizcaya), por 4.628 euros.


Durante esos días, después de que Exide Tudor les dijera que habían sustraído baterías, los responsables de la empresa Recobat, de Pina de Ebro, informaron a la Guardia Civil de que hacía poco habían comprado 47 acumuladores a la firma Reciclarte, de Malpica. Esta última dijo que se las había adquirido a una tercera empresa llamada Shunde, ubicada en el polígono de Cogullada. Toda esta madeja no ha sido desentrañada del todo, aunque es llamativo que la propia Exide comunicara que una de sus plantas de Bilbao había recibido un lote de 12 baterías que coincidían con las sustraídas y que les habían llegado desde Reciclados Bekea, la sociedad de Galdácano que es cliente suya.


Por el momento, la Guardia Civil ha practicado tres detenciones -las dos personas que localizaron junto al camión y el dueño de la empresa de desguaces ubicada cerca del camping Bohalar- y las tres quedaron en libertad tras declarar ante el juez. No obstante, la investigación sigue abierta hasta averiguar la intervención de todos y cada uno de los implicados.